Familias Ampliadas, Separación y Nuevas Organizaciones Familiares, 2004

SEPARACION MATRIMONIAL Y FAMILIAS AMPLIADAS

MYRIAM ALARCON DE SOLER[1]

CONTENIDO

 

  1. La Separación matrimonial y los Acuerdos inconscientes
  2. Crisis: ruptura de los acuerdos inconscientes
  3. Proceso de la separación: tres ejes que la atraviesan.  
  4. Separación y los hijos
  5. Pareja conyugal y pareja parental
  6. Quien soy yo sin mi pareja?
  7. La Separación y el contexto social.
  8.    La   separación y las nuevas parejas. El conflicto con los ex cónyuges.
  9.    Los hijos: Conflictos de lealtades.
  10.  Algunas sugerencias.

 

 

PRECISIONES TERMINOLOGICAS. PAREJA, FAMILIA INAUGURAL Y FAMILIAS AMPLIADAS

 

 

Denominaremos familia inaugural a aquella integrada por padre, madre e hijos, producto de esta alianza. (Aguiar, 219, l996). En la familia inaugural, distinguimos cuatro tipos de vínculo: vínculo de alianza, entre marido y mujer, vínculo de filiación, entre los padres y los hijos, vínculo de consanguineidad, entre los hermanos, y vínculos avunculares, o vínculos con las respectivas familias de origen.

 

La pareja se conforma a partir de la separación de sus miembros de sus respectivas familias de origen, donde ocupaban el lugar de hijos, para conformar una nueva estructura familiar, donde en primer término, y en secuencia temporal, ocuparan el lugar de marido y mujer, para devenir posteriormente padre y madre, de los hijos por venir. Esta estructura fundacional determina lugares y funciones, que son más o menos claras en las familias denominadas “normales”.

 

La pareja establece entre sí un acuerdo inconsciente, como pareja matrimonial, de estar juntos, en un proyecto vital que es pensado como duradero ( hasta que la muerte los separe), de establecer una cotidianeidad, que les permita sentirse acompañados y contenidos, una sexualidad compartida para satisfacer sus necesidades sexuales, y una promesa de fidelidad que les permite sentirse como objetos afectivos privilegiados de un Otro significativo. Los acuerdos inconscientes se refiere al particular entramado de las necesidades inconscientes de uno y otro de la pareja, que se entrelazan en un vínculo particular. Estos acuerdos son los que mantienen unida a la pareja a pesar de los conflictos o sufrimiento consciente.

Distinguimos: pareja matrimonial o conyugal de pareja parental.

 

Como pareja parental, la pareja tiene como función proveer un espacio de contención, afecto y seguridad que le permita a los hijos un desarrollo integral físico y emocional. Esta función no se rompe con la separación.

 

Entendemos por familias ampliadas “una configuración vincular integrada por vínculos de filiación y consanguinidad que son producto de la alianza y por vínculos que son efecto de la alianza”. (Aguiar, pag 219, l996). En estas familias ampliadas, se subvierte el tiempo generacional puesto que la elección de pareja es posterior al nacimiento de los hijos. El hijo asiste al enamoramiento de las figuras parentales: es testigo, espectador y público de la relación de pareja de sus padres.

 

Dificultades de nominación: el lenguaje se queda corto para denominar el parentesco en las familias ampliadas, y otras veces tiene una cierta connotación despectiva, por ejemplo en palabras como “padrastro”, “madrastra”, “hijastro”, etc.

 

 

LA SEPARACION Y LAS FAMILIAS AMPLIADAS

 

La familia actual enfrenta con mayor frecuencia que hace algunos años el fenómeno de las separaciones matrimoniales y como consecuencia lo que se ha dado en llamar, nuevas organizaciones familiares o familias ampliadas. Se conforman nuevas familias, donde se juntan dos familias previas. Estas uniones pueden ser la oportunidad para que las personas establezcan relaciones más satisfactorias, que conformen un segundo matrimonio que les permita llenar de una manera más adecuada las necesidades que fueron frustradas en el primero. Pero al mismo tiempo, observamos que estas familias enfrentan dificultades particulares, que a veces son pasadas por alto por lo cónyuges y por la sociedad misma.

En esta breve comunicación quiero abordar algunas de las dinámicas más sobresalientes de estas situaciones, y su consecuencia en los miembros de toda la familia. Son dinámicas que en general son poco conocidas por quienes realizan estas nuevas uniones. Tener claridad sobre algunas de ellas pueden permitir darle un manejo más adecuado. La conformación de estas familias enfrenta retos bien característicos que si son sorteados con éxito pueden ser una fuente de madurez y de satisfacción para sus integrantes.

 

LA SEPARACION

 

La pareja frente a la separación matrimonial.

 

Si entendemos como se ha conformado la pareja, entenderemos algunas de las problemáticas de la separación.

La pareja matrimonial se constituye a partir de un acuerdo consciente de mantenerse “juntos para siempre, hasta que la muerte los separe”. Se plantea así un proyecto vital compartido, del cual la expresión más acabada la constituyen los hijos, pero también se expresa en otros proyectos comunes como los bienes económicos, el desarrollo profesional, viajes, etc. La pareja se define por un proyecto vital conjunto, el compartir de una cotidianeidad (que por otra parte es generalmente lo último que se rompe en una separación ), relaciones sexuales, y una promesa de fidelidad o en todo caso de ser el uno para el otro un objeto de privilegio afectivo. Asimismo, existen distintas dependencias, emocionales, sexuales y económicas.

 

La pareja se construye para llenar ciertas necesidades, unas conscientes, otras inconscientes.

La pareja se construye a partir de la motivación de tener compañía, de tener afecto, de tener sexo, un futuro conjunto, de conformar un bienestar económico, y construir un núcleo en el cual nazcan y se eduquen los hijos. La sociedad por otra parte espera que las personas se casen, y cumplan con este requisito, de tal manera que sean miembros de esta.

Por otra parte, las parejas sin saberlo esperan encontrar un otro que le permita llenar las carencias de la infancia. Desde lo inconsciente, las personas esperan encontrar en su pareja un amparo incondicional : se demanda a la pareja una enorme disponibilidad, la capacidad de comprender sin palabras, el ser uno para el otro a la manera de la madre y el bebé. Es lo que constituye los acuerdos inconscientes. Durante el enamoramiento, con la dosis de idealización y de irrealidad que este conlleva, este acuerdo parece posible. Este acuerdo de incondicionalidad se rompe con la convivencia, y con la confrontación con el otro real, bien diferente del otro pensado.

Durante el enamoramiento, las diferencias se pretenden anular.

Sobrevienen las crisis. El trabajo vincular ha de centrarse en la tramitación de las diferencias.

 

CRISIS MATRIMONIAL

 

Las crisis son normales y constituyen la oportunidad de replantear otros acuerdos, en base a dos ejes fundamentales: aceptación y cambio: aceptar en lo posible como es el otro, y hacer un proceso de cambio teniendo en cuenta las necesidades del otro de la pareja.

Los factores determinantes de las crisis matrimoniales provienen de varios factores: pueden provenir de los individuos que conforman la pareja, que atraviesan determinadas conflictivas personales o evolutivas, de factores de la pareja misma, que hemos descrito más arriba, de factores de las familias de origen, como duelos, separaciones, accidentes, etc, o factores del mundo real externo, como crisis económicas, inestabilidad, etc, que atentan contra la pertenencia social de los sujetos.

La crisis puede terminar en separación, o puede ser superada de una manera constructiva o más o menos regresiva.

Si la pareja se construye a partir de la necesidad de satisfacer ciertas necesidades personales, afectivas, sexuales, económicas, y ciertas necesidades sociales, etc, tendremos entonces que empezar, para entender las crisis vinculares, a preguntarnos cuales son las necesidades conscientes e inconscientes que están cuestionadas en el momento de la crisis.

A veces se piensan los vínculos como estáticos. No nos olvidemos que las necesidades que llevan a una pareja a estar juntos a los 20 no son las mismas que a los 30 o a los 40. Ni los vínculos ni las personas son los mismos a lo largo del tiempo. Es posible que una pareja se inicie como “una buena pareja”, lo que llamamos coloquialmente como un buen partido. Es posible también que la pareja se elija en base a la complementareidad: busco en el otro lo que me falta, o por empatía y admiración: encuentro en el otro lo que me gusta de mí. Sin embargo, esto no es tan sencillo. A veces las relaciones se establecen bajo un contrato subyacente, que depende de la historia personal o del momento histórico que atraviesa el individuo y también de las exigencias sociales respecto al amor, al matrimonio, a las conductas esperables según el género. Por ejemplo, se puede buscar a alguien porque se espera que provea el amor que faltó en la infancia, o porque representa precisamente los ideales familiares, aunque no concuerde con los ideales propios. Otras veces las personas se casan para llenar el vacío de un amor perdido, porque ya es hora de casarse, porque es un buen partido, etc. Otras veces, aunque se anticipen algunas dificultades en la relación por las características de la personalidad de ambos, estas pueden ser minimizadas con tal de seguir adelante con el proyecto. Esta agenda escondida, por llamarla así, cuando se hace explícita, o cuando es confrontada con la realidad, genera crisis.

Otro aspecto inherente a las crisis vinculares, es la exigencia de que el otro sea diferente de cómo es, o igual a mis expectativas. Esta falta de aceptación por las diferencias, puede general un estado de insatisfacción crónica, que a veces hace crisis en presencia de ciertos motivos desencadenantes que para el observador pueden parecer no tan relevantes.

La presencia del otro, genera en el psiquismo la sensación de ser irremediablemente ajeno, dos Unos que no puedes aceptar el Dos, la diferencia.

 

Desencadenantes de las crisis

 

Toda crisis se desencadena frente a la ruptura de un cierto equilibrio que hasta el momento le fue útil al sistema. Las crisis de pareja suelen aparecer frente a la ruptura de un cierto equilibrio narcisista. En una comunicación anterior dijimos: “Pensamos que la ruptura de los estados de fusión en la pareja produce crisis en tanto esta sume a cada uno de los miembros en un provisorio estado de indefensión , soledad y desamparo, a veces intolerable debido a la vivencia de que la crisis es irreversible. La sensación de inmediatez y de tiempo congelado puede ser extrema… El otro pensado irrumpe como diferente del otro real . Lo que durante la fusión produjo satisfacción y bienestar se torna ahora amenazante y extraño. Las cosas que antes unían ahora separan. Esta ruptura provoca no sólo un desilusión con el otro sino con la imagen que se tiene de sí mismo. Las crisis provocan la perdida de un estado de idealización pre-existente a la fusión, no compatible con la estabilidad vincular.” (l988)

 

Factores intra, Inter. Y transubjetivos como desencadenantes

 

Los desencadenantes de las crisis puede tener que ver con factores externos, por ejemplo viajes, migraciones, situaciones difíciles económicas, O factores externos que dependen del entorno social, son los aspectos transubjetivos: violencia social. Otras veces los motivos desencadenantes se relaciones con las familias inmediatas, por ejemplo, muerte o enfermedad de los padres, accidentes, muerte o enfermedad de un hijo. Otras veces, se relacionan con situaciones de pérdida dentro del vínculo: enfermedades, jubilación, cambios de trabajo

La tramitación de los duelos en el vínculo es una de las razones frecuentes de desencuentro vincular. Por ejemplo, frente a la muerte de los padres, que cuestiona tan profundamente el equilibrio emocional por el tumulto de sentimientos que emergen, es posible que se espere una u otra actitud en el cónyuge. Se espera más comprensión, o más compañía, o se espera que supla las necesidades que suplieran los padres. El cónyuge por su parte, se siente abandonado porque la persona en duelo puede aparecer como ensimismada, o triste, o rabiosa, y además dedicada a atender algunas situaciones fuera del hogar. Esto genera muchos malos entendidos y desencuentros.

 

Conflicto entre los proyectos personales y los proyectos vinculares

 

Uno de los elementos que suele traer conflicto en la pareja es el desarrollo de proyectos individuales, los cuales parecen a veces irreconciliables con el proyecto conjunto de la pareja.

 

Como producto de la herencia cultural , al formar pareja la mujer siente con frecuencia que ha pasado del padre al marido sin haber logrado un espacio individual. Otro tanto puede ocurrir con el hombre, quien se siente cargado de responsabilidades económicas y afectivas que coartan su individualidad. Se imagina así una vida sin pareja, sin hijos, sin ataduras, generando un espacio mítico ilusoriamente libre de conflicto. Conflicto entre la dependencia que genera un vínculo y el supuesto ilusorio de una independencia sin ataduras, que finalmente remite a la soledad.

 

SEPARACIÓN COMO RUPTURA DE LOS ACUERDOS INCONSCIENTES

La separación sobreviene frente a la ruptura de los acuerdos inconscientes

 

Cuando este proceso de replantear estos acuerdos, tantos concientes como inconscientes no es posible, y la tramitación de las diferencias parece no lograrse, sino que se ha generado una situación de intenso conflicto y la relación provoca más sufrimiento que gratificación, sobreviene la separación. La pareja experimenta la dificultad de sostener una relación que no llena las mínimas necesidades esperadas, o que conlleva el anulación de una de las personas sometida a las necesidades del otro. Otras veces, las parejas continúan juntas en un tipo de relación que podríamos describirla como “ni contigo ni sin tí”, en una lucha sin fin por obtener el afecto siempre anhelado, y por siempre inalcalzable. Sin saberlo, estas parejas prefieren permanecer en un circuito destructivo que enfrentar un proceso, que aunque doloroso, puede ser oportunidad de crecimiento.

 

LA SEPARACIÓN COMO DESENCUENTRO

De la misma manera que la pareja se conforma a partir de un encuentro (Liliana Bracci), representado por el enamoramiento, por el corte con las familias de origen y el reconocimiento del grupo social de esta pareja, la separación implica un desencuentro.

La Psicóloga Camila Salgado enumera algunos aspectos que pueden indicar cuando es hora de dar por terminada una relación:cuando se descubre que el amor no basta” y cuando la relación está haciendo daño en el crecimiento emocional, tanto a nivel personal como vincular. Señala algunos puntos, como el incremento de la distancia emocional, las peleas constantes, las diferencias irreconciliables, el aburrimiento crónico, el predominio de emociones negativas como la rabia o el miedo, el maltrato físico o psicológico, y las infidelidades recurrentes.

Como decía anteriormente estas manifestaciones remiten de la ruptura del vínculo, al desencuentro, al reconocimiento que las razones por las cuales algunas vez se unieron ya no son y que en el hoy, no se puede construir entre estos dos un futuro que los cobije.

 

PROCESO DE LA SEPARACION

La separación es un producto vincular. En el proceso de la separación distinguimos tres aspectos:

  1. a) La desinvestidura mutua; o el desapego, que es descrito por algunas parejas como “ya no nos amamos como antes”, “nada queda entre nosotros”, “no nos unen sino los hijos”, etc. El odio en las relaciones de pareja es confundido a veces con el desapego, y es algo muy distinto. Dicen que el odio une tanto como el amor, porque lleva a las parejas a continuar unidas para dañarse, para cambiar al otro, para tratar de lograr del otro lo que hasta ahora no se ha podido, etc. El desapego significa que el otro ya no nos interesa como objeto y sujeto de deseo. “Ni lo amamos, ni deseamos que nos ame”. Este sentimiento lleva a las parejas a plantear la separación. Es el primer paso.
  2. b) Corte Vincular o Separación propiamente dicha. El corte vincular implica un acto, muy doloroso a veces: romper con la cotidianeidad, con la convivencia, salirse de la casa. Cuando las parejas dicen que están separadas, pero siguen viviendo juntas, no han podido realizar el acto de corte, que significa separarse: “no vivir más juntos”. Conlleva la vivencia de ruptura del vínculo, y tiene efecto de acontecimiento. Hace marca. “Ya no vivimos más juntos”. Aunque puede ser muy difícil realizar este corte, este acto puede generar alivio, porque implica la clarificación de situaciones con frecuencia ambiguas, tanto para los conyuges, como para los hijos.
  3. c) Reconocimiento del entorno familiar y social: Implica reconocer frente a la familia y frente a los otros significativos la separación. Este reconocimiento conlleva con frecuencia sentimiento de culpa y vergüenza frente a los otros. El grupo social reconoce que esta pareja ya no lo es.

 

 

EFECTOS DE LA SEPARACIÓN

 

La separación tiene efectos intra, inter y transubjetivos.

 

La separación remite a otros duelos y pérdidas anteriores.

La separación es un proceso doloroso porque remite a un profundo desamparo

Con frecuencia la separación está acompañada de una sensación de traición: esto remite a que el contrato inconsciente que se había establecido con el otro de la pareja no se cumplió. Junto con el dolor y la rabia surge una sensación de profundo desamparo, de extrañamiento , de perder una parte de sí mismo, que ni los mismos cónyuges esperan o entienden. Puesto que la separación se ha anticipado generalmente como una liberación se hace muy dificil comprender que surjan estos sentimientos de profundo malestar. Y es que la separación cuestiona los cimientos mismos de la identidad. Además como cualquier duelo, remite a duelos y pérdidas previas. Esta comprensión lleva entonces a alejarnos de explicaciones simplistas que lo único que ocasionan es un mayor maltrato para toda la familia.

 

La separación cuestiona la identidad personal

Quien soy yo sin mi pareja?

Es la pregunta que flota en el ambiente.

La separación conlleva sentimientos profundos de fracaso, que afectan la autoestima. Este fracaso se vivencia consigo mismo pero también frente a los hijos en primer término y en segundo término frente a las familias de origen y al grupo social. Esto es lo que lleva a que la separación se mantenga con frecuencia en primer término oculta. La exigencia social es de formar y sostener una familia, y esta condición se rompe con la separación.

 

La separación se produce entre dos

La separación es el resultado de una relación, donde los dos miembros de la pareja son responsables de que ocurra. Es posible que en un momento los cónyuges no puedan identificar muy claramente de qué manera contribuyeron a este resultado. Sin embargo recordemos que la pareja se construye a partir de las caracteristicas afectivas de cada uno, desde su historia personal y la dinámica de las familias de origen y desde la combinatoria particular que esta pareja ha constituido. Esta comprensión lleva entonces a alejarnos de explicaciones simplistas, que buscan un culpable y una víctima, explicaciones que lo único que ocasionan es un mayor maltrato para toda la familia.

 

La separación es vivida con culpa y verguenza

La separación es vivida con culpa y verguenza, puesto que se experimenta como un fracaso frente a una sociedad que espera que el matrimonio dure para siempre. El grupo referente social se divide en opiniones en pro o en contra. Se culpa a uno de los dos conyuges, buscando explicaciones facilistas que permitan encontrar una justificación simple a un fenómeno más complejo.

No hay ritos para la separación. Se vive como en secreto, algo que no debería haber ocurrido.

La separación pone en evidencia las características de la relación con las familias de origen

La separación pone en blanco y negro conflictivas que a veces habían venido soterradas por años. El conflicto abierto que emerge con las familias de cada uno muestra a veces la relación de dependencia infantil que se ha sostenido con ellas , impidiendo una construcción más adulta e independiente del vínculo de pareja. Prima así la relación con la familia de origen sobre la relación de pareja y con frecuencia es la oportunidad para que los cónyuges retornen a la casa paterna, volviendo a asumir el rol de hijos.

La construcción de una pareja atraviesa una compleja compleja trama que supone dejar la casa paterna para constituir un nuevo hogar. Esto implica una separación de los padres y una ligazón hacia la pareja, ocupar el lugar de esposo y esposa y luego padres de sus hijos. Este situación genera conflictos de lealtades, que se expresan en palabras tales como “primero tuve mamá que marido”. o “mamá que esposa”. Cuando esta situación de conflicto no encuentra una salida adecuada, los conyuges, que nunca dejaron de ser hijos vuelven al hogar de los padres.

 

A nivel transubjetivo la separación rompe el contrato social

El cónyuge es una persona sumamente significativa en la vida del otro. El matrimonio es una experiencia inaugural que cumple una función dentro del ámbito social. La sociedad espera que sus miembros se casen y tengan hijos, en un vínculo que es planteado para siempre, como un vínculo indisoluble. Aunque los tiempos actuales parecen haber cambiado en cuanto a la indisolubilidad del matrimonio, tal parece que una cosa es lo que se dice y otra la sanción que determina a las parejas que se separan. Esto produce una situación paradojal: se acepta la separación, pero en realidad no se acepta (Alarcón, Chiappe y Torres: “El Malentendido en los Segundos Matrimonios, 2000).

El individuo que no está en pareja, es marcado por la sociedad. El “solterón” es presionado para que se case, el que no tiene hijos, para que los tenga, el separado para que vuelva a casarse. El matrimonio se vuelve así una camisa de fuerza invisible que envuelve a todos los miembros de nuestra sociedad.

 

La separación rompe ese contrato tácito social, y produce malestar a nivel individual y a nivel social. Las personas separadas expresan la sensación de ser discriminados dentro de un mundo que se plantea como un mundo de parejas. Esto implica para muchos la necesidad de volver a establecer una red social de pertenencia que no siempre es fácil de lograr.

 

La separación y los hijos

Los hijos se sienten desgarrados entre la lealtad hacia cada uno de sus padres

En la separación los hijos viven entre dos fuegos. Quieren a cada uno de sus padres y por lo tanto no pueden elegir. Elegir significa perder a uno de ellos, lo cual se constituye en una elección imposible. Sin embargo la dinámica de las separaciones envuelve a los hijos, y estos se constituyen alternativamente en consejeros, jueces, aliados y en todo caso víctimas.

Algunas veces deben asumir el papel de padres de sus padres. Otras veces son llevados a ocupar el lugar del que se va del hogar, generalmente los hijos varones el lugar del padre, y las niñas el lugar de esposas en el hogar del padre. Otras veces corren con el peso de llevar y traer mensajes del uno y del otro, o de espiar lo que el otro hizo. Separación no significa necesariamente desligarse, y una manera de sostener la relación, así sea cargada de odio, es a través de los hijos.

 

La pareja conyugal y la pareja parental

La pareja se separa como pareja conyugal pero no puede separarse como pareja parental

Esta es una de las paradojas que enfrenta la pareja.

Lo que ocurre es que a semejanza de los terremotos, la separación es un fenómeno que envuelve a toda la familia. No podemos pensar que porque la pareja se separa esta separación se asume por decreto.

La separación es un proceso largo y doloroso y se constituye casi en un imposible puesto que los cónyuges se deben separar de alguien del cual no se pueden separar. Quiero decir con esto que los hijos crean entre los cónyuges un lazo indisoluble: el hijo será por siempre hijo de esta pareja. La pareja se separa como pareja conyugal, pero no puede separarse como pareja parental. Asumir esta diferencia es esencial en el devenir de la separación. Muchas personas vivencian a la pareja como “un paquete”, que incluye al otro cónyuge y a los hijos .Por ejemplo, un hombre deja a la mujer y a los hijos, puesto que no puede pensar un vínculo sin el otro. El vinculo con los hijos es un vínculo de sangre, y por lo tanto indisoluble; el vinculo de pareja es un vínculo de alianza y por lo tanto puede ser disuelto.

Es muy importante que en las separaciones los hijos puedan tener la certeza de conservar a ambos padres, y que a pesar de las dificultades que pueda haber entre ellos, el amor por los hijos se mantenga.

 

Separación y Nuevas organizaciones familiares: oportunidad de desarrollo de sus integrantes

 

Los nuevos matrimonios proveen la oportunidad de recrear nuevamente un vínculo matrimonial para aquellos que han tenido un fracaso en el primero o que hayan perdido por una u otra causa a su cónyuge. La experiencia vivida, la mayor madurez, y el replanteo serio de lo ocurrido durante las relaciones previas pueden ser una oportunidad para armar esta nueva pareja sobre bases más sólidas.

Si se trata de la muerte del cónyuge, el elaborar el duelo antes de conformar una nueva unión ayudará a consolidar la nueva relación.

Algunas personas creen ingenuamente que como ya se tuvo una experiencia anterior, armar una nueva pareja será más fácil. Esta es una verdad a medias. Se tiene más experiencia, pero se carga con mayor peso. Lo veremos en detalle más adelante.

 

Nuevas parejas: intento de borrón y cuenta nueva

Muchas de estas parejas se constituyen a partir de un propósito consciente de hacer borrón y cuenta nueva, intento que por supuesto resulta ser una falacia. Con frecuencia, estas nuevas parejas se arman muy rápidamente después de la separación, sin haber podido asumir el duelo por la separación o la pérdida anterior. Un clavo saca otro clavo. Sin embargo esta nueva unión carga con el peso de la unión anterior, de sus logros y de sus fracasos.

Construir una nueva familia implica tiempo y esfuerzo

 

Segundas parejas, parejas de segunda?

Con frecuencia estas nuevas uniones no son valoradas por la sociedad ni por los mismos cónyuges de la misma manera que fueron valoradas las primeras relaciones. Cargan así con un halo de “segundo lugar” que es muy penoso para todos.

La segunda pareja viene a ocupar en la estructura familiar un lugar ocupado por otra persona. Sea porque el primer cónyuge esté muerto o ausente por separación su presencia sigue teniendo efectos inconcientes en la estructuración de este nuevo vínculo. Las segundas parejas reportan con frecuencia una sensación de “ilegalidad”, de incomodidad que no saben como nominar. La nueva pareja se encuentra atrapada en la necesidad de ocupar un lugar de otro,idealizado y atravesado por sentimientos ambivalentes de amor odio. Se convierte fácilmente en el chivo expiatorio de los conflictos no resueltos del vínculo anterior y del duelo no resuelto. Tiene la sensación de no tener un lugar propio, ni desde la pareja, ni desde los hijos de esta, ni desde las familias de origen, ni desde la sociedad.

Este proceso adquiere características distintas si la segunda pareja se hace con una persona viuda o separada. No hay muerto malo, ni novia fea…se dice por ahí. Con frecuencia, quedan muchas cosas silenciadas en relación con la persona fallecida. Se idealizan sus cualidades, se olvidan sus defectos, se silencian ciertas vivencias o experiencias, que quedan transformadas en secretos. Se genera a veces una cierta sensación de terrenos o temas prohibidos de los cuales el nuevo cónyuge queda excluido.

Cuando la persona se casa con una persona separada, puede sentir que esta primera relación no ha terminado, puede sentir celos por los encuentros, o sentirse comparada de una manera implícita o explícita. Se experimenta la sensación de tener que “ser más que”, o “no tan”… El peso de los errores y del fracaso de la primera relación está ahí como un fantasma.

 

Los hijos en la nueva organización

 

Los hijos del primer matrimonio son un testimonio de la historia anterior

Las nuevas organizaciones familiares llevan el peso de la unión anterior y la presencia de los hijos del primer matrimonio constituye un testimonio vivo de esta historia. La nueva pareja puede sentir celos de estos hijos, con quienes tiene que compartir a su pareja. La pareja se ve forzada a elegir entre sus hijos y su nueva relación, elección que no está en posibilidad de hacer. Los hijos del primer matrimonio sienten que deben expulsar a la intrusa, o al intruso, porque tienen la fantasía de que si no fuera por estas personas, sus padres podrían estar nuevamente juntos. Además sienten que la presencia de esta persona les ha sido impuesta, sin ser consultados, y sin poder elegir.

Uno de los conflictos mas frecuentes es el reforzamiento del vínculo parento-filial y la aparición de organizaciones dualistas o “bandos”: los unos versus los otros, situación que ataca el nuevo vínculo conyugal.

 

Conflicto de lugares y funciones

A veces se espera de los hijos que acepten a la nueva pareja como si fuera el papá o la mamá. Nos resistimos a usar la palabra padrastro o madrasta que español tiene una connotación peyorativa. En realidad, la nueva pareja no es el papá ni la mamá pero con frecuencia tiene que ejercer las funciones de papá o mamá, de contener, dar afecto o poner límites, por ejemplo. El cónyuge puede resentir que su pareja regañe a sus hijos, resiente también que no se meta con ellos, espera que tengan una buena relación. Los hijos a su vez pueden sentir como si “tuvieran dos madres o dos padres”, lo cual se experimenta como muy penoso. Son dos hogares, el de el padre y el de la madre, y no tienen muchas veces claro cual de los dos es el suyo. A esto se agrega que en cada una de las organizaciones hay distintos estilos en el ejercicio de las funciones paternas y maternas.

 

Los hijos experimentan un conflicto de lealtades

Los hijos se encuentran en el vórtice de un conflicto de lealtades. Si aceptan a la nueva pareja de uno se los padres traicionan al otro. Y si no lo aceptan esto se marca como rebeldía y traición hacia el que se ha organizado nuevamente. Otras veces quedan colocados en la situación de dar su veredicto de aceptación o rechazo a la nueva pareja.

Por otra parte los hijos deben llevar y traer razones entre los padres separados, y ahora entre la pareja del padre y la pareja de la madre.

Otras veces los hijos no caben en la nueva estructura y son dejados a los abuelos. Pierden así al padre y a la madre, y se van a vivir a una casa que no es la suya con el consiguiente desarraigo.

 

Los hijos enfrentan el peso de enfrentar las tareas propias de su edad más el peso de adaptarse a una nueva familia

Por ejemplo, los adolescentes deben enfrentar las tareas de alcanzar mayor autonomía y distanciamiento de los adultos, y al mismo tiempo tienen que crear lazos de unión con la nueva pareja de sus padres.

Los nuevos hijos cargan con la culpa de tener papá y mamá

Los hijos del segundo matrimonio cargan a su vez con el peso de sostener a la nueva pareja, como eje de unión entre las dos familias y con la culpa por tener papá y mamá cuando sus hermanos tienen al uno, pero no tienen al otro.

 

Las nuevas pareja , el espacio habitacional y los hijos

 

En el espacio habitacional de las parejas y de la familias se proyecta la dinámica de las familias ampliadas. Cómo se distribuye este espacio? Quien tiene más derecho? Como se manifiesta esto en la cotidianeidad?

 

Nuevas familias: intento de unión de dos estructuras previas

Para cualquier familia delimitar los bordes de lo que la familia es una tarea difícil. Para los cónyuges esta tarea es necesaria cuando se plantea la separación con las familias de origen. En las familias ampliadas esta cuestión es aún más difícil. Cual es la familia? Los unos, los otros, los nuestros? Seguimos ligados a la estructura anterior? Somos los de ahora y los de antes? La familia ampliada está signada por una ruptura previa, que se hace evidente en los conflictos. Generalmente, cuando estas nuevas parejas se separan, cada uno vuelve a constituir su núcleo original.

 

En las familias ampliadas se vive intensamente la exclusión

Es frecuente que en las familias ampliadas se exacerben los celos o la rabia , a partir de la exclusión que se experimenta. Se revive la conflictiva edípica El nuevo cónyuge se siente excluido de la relación de su pareja con su primer cónyuge. El primero se siente excluido de la relación con el segundo. Los hijos del primer matrimonio se sienten excluidos de la relación de sus padres con sus nuevas parejas. Las nuevas parejas se sienten excluidos de la relación de sus cónyuges con sus hijos. Todo esto hace que se incremente el malestar y se trate de manejar este solicitando imposibles: por ejemplo, que la madre elija entre sus hijos y su nuevo marido, que la nueva pareja acepte sin objeción una relación de amistad entre los miembros del primer matrimonio, que en las dos familias se maneje el tema de la autoridad, o del dinero de la misma manera, etc.

Cada familia tiene su propia dinámica y debe crear sus propias normas, que son diferentes de otras.

 

LA SEPARACION COMO UNA DECISIÓN DE VIDA

 

Hemos dicho que la separación es una pérdida, implica una ruptura, el reconocimiento de que el vínculo que se armó en algún momento con la ilusión de un para siempre y de ser el centro de una familia no es viable.

El vínculo matrimonial es un vínculo que implica un trabajo, de construir entre dos. A veces eso no es posible, y el costo de seguir intentándolo implica un desgaste o un maltrato muy grande para los integrantes del vínculo. A veces incluso puede significar riesgos de vida o de estabilidad mental cuando hay violencia física o psicológica.

De esta manera la separación puede constituir una decisión sana, de romper con una relación patológica o profundamente insatisfactoria. Si bien constituye un dolor grande para los cónyuges y para los hijos, puede permitir el desarrollo de los integrantes de estas familias en ámbitos mas sanos, y en relaciones más satisfactorias.

Con frecuencia la separación es la oportunidad para que los padres se vinculen más adecuadamente con los hijos. Lo que es verdaderamente importante es que los hijos cuenten con ambos padres, no importa lo que pase entre ellos.

 

Algunos comentarios finales

A pesar de movernos en una sociedad donde el divorcio y los nuevos matrimonios se aceptan desde la ley, los prejuicios alrededor de este tema producen sufrimiento dentro de estas organizaciones familiares. La toma de conciencia de esta compleja dinámica puede a ayudarnos a todos a identificar las características de una problemática que con frecuencia es negada o desmentida por los protagonistas y por la sociedad en general. Solo el amor, el respeto por las diferencias, la comprensión de la complejidad de estos procesos, la tolerancia hacia las dificultades propias y ajenas puede permitir construir vínculos más satisfactorios.

Anexo

           SEPARACION Y NUEVAS ORGANIZACIONES FAMILIARES

 

Algunas Cuestiones para Tener en Cuenta

 

  1. La separación es una responsabilidad de dos personas. En la medida en que asuma su responsabilidad podrá hacer el duelo por lo que ha perdido, y sentar una mejores bases para el establecimiento de una nueva relación.

 

  1. No existen matrimonios ni relaciones perfectas. Para vivir en pareja es necesario aceptar al otro como diferente, de mí, o de cómo me imagino que tiene que ser.

 

  1. La pareja no puede asumir el papel de llenar todas nuestras carencias. Puede acompañarnos en la tarea de crecer emocionalmente.

 

  1. A veces la persona se siente tan dolida con la separación que pone a los hijos en el medio del conflicto, o no los vuelve a ver. Aclaremos que la separación es de la pareja conyugal no de la pareja parental. Los cónyuges pueden separarse como pareja, pero siguen ligados como padres de los mismos hijos.

 

  1. La responsabilidad respecto a los hijos no se anula con la separación. Algunas personas se desentienden de los hijos del primer matrimonio porque les resulta muy doloroso verlos, o porque no quieren tener que ver con su ex-pareja. Esto afecta profundamente el desarrollo de los hijos, que se sienten abandonados e inseguros.

 

  1. Los hijos tratan de unir a sus padres, aún cuando estos hayan formado pareja. Les resulta muy difícil renunciar a la fantasía de que vuelvan a estar juntos como antes. Los niños pueden presentar problemas en el colegio, problemas de conducta, o enfermarse o accidentarse para que sus padres se junten. Por supuesto que esto no es consciente.

 

  1. Algunas veces los hijos son entregados a los abuelos o a otros familiares quienes jamás pueden suplir el vacío paterno o materno. Los hijos se quedan sin hogar y sin sus padres lo cual les ocasionan inseguridades y les afecta su desarrollo emocional.

 

  1. Los hijos tienen muchos interrogantes acerca de la separación de los padres, pero no se atreven a preguntar. La comunicación abierta acerca de lo que ocurre es una alternativa viable para hablar de los conflictos familiares. Los secretos y las mentiras confunden aún más a los hijos. La aceptación del dolor y la rabia que genera la ruptura de la pareja en los hijos, permite a estos elaborar el duelo por lo perdido. Los hijos no pueden denigrar a sus padres y mucho menos elegir entre uno de los dos.

 

  1. En las familias ampliadas, los nuevos cónyuges desempeñan el papel de papá o mamá de los hijos de su pareja. Pero no son ni el papá y la mamá biológicos , ni pueden reemplazarlos.

 

  1. En las familias ampliadas es normal que sus miembros sientan celos unos de otros, y es normal sentirse excluidos. La construcción de los lazos afectivos entre los miembros de las familias ampliadas requieren tiempo, respeto por las diferencias, y mucho dialogo.

 

  1. En las nuevas organizaciones familiares la nueva pareja puede exigirle a su esposo o esposa entregar a sus hijos a padre o a la madre, que a su vez tiene otro hogar. Piensa con esto solucionar los problemas de convivencia. Analice a fondo esta propuesta y no se deje chantajear: no se puede elegir entre el hijo y la pareja. Enfrente valerosamente los conflictos con su pareja que llevan a hacer esta solicitud.

 

  1. Ponga límites. Reflexione acerca del precio que paga por sostener una relación a ultranza. El temor a la soledad puede llevarlo a entablar relaciones poco maduras, y a tratar de enmendar errores previos repitiendo las mismas historias.

 

  1. La separación es un proceso. La primera fase se relaciona con el desapego mutuo o por la conclusión que esa relación ya no tiene futuro. La segunda fase se relaciona con el corte propiamente dicho. A veces ese corte no se hace adecuadamente y los cónyuges siguen pegados el uno al otro, sin poderse separar definitivamente. La tercera fase o aspecto, se relaciona con el reconocimiento frente a los otros significativos que la separación ya es un hecho.

 

  1. La separación es difícil y requiere un duelo que toma tiempo y un proceso interno de aceptación y reconciliación.

 

  1. El amor, la aceptación del otro (como ser humano) y el respeto por las diferencias son la puerta de entrada hacia la construcción de vínculos más satisfactorios.

 

Algunas sugerencias

 

1-Con respecto a su ex- cónyuge:

Propicie una comunicación clara en lo que se refiere a aquello que tienen en común: sus hijos, o algunos intereses de tipo económico. No utilice a sus hijos como intermediarios.

 

2-Con respecto a sus hijos:

Dialogue con ellos. Explíquele que Uds. dejaron de amarse, pero que esto no significa que los hijos los van a perder. Estos siempre podrán contar con su papá y su mamá. No utilice a sus hijos como mensajeros. Esto aumenta los conflictos, y coloca a los hijos en una situación muy penosa.

 

3-Con respecto a la separación:

Asuma su responsabilidad. Piense que lo que ocurrió es una responsabilidad compartida, pero no se culpe ni culpe a otros por esto. Eso no lleva a nada. Trabaje en comprender lo que ocurrió, para que pueda eventualmente perdonar y sanar rencores que le hacen daño.

 

Sea claro en lo posible con sus hijos acerca de la situación, pero evite culpar al otro. No se olvide que la ruptura se genera entre dos.

Diga la verdad. Propicie un dialogo sincero, de tal manera que sus hijos se sientan en libertad de expresar lo que sienten, lo que piensan, y que puedan preguntar lo que no saben y lo que les inquieta.

 

Cuando dé alguna información, pregúntese sinceramente que tipo de mensaje está dando, y si esta actitud es beneficiosa para sus hijos y para su ex- pareja.

Por favor, no denigre. No dé mensajes ambiguos o incompletos acerca de lo que ocurrió o acerca de las situaciones actuales. Estos mensajes confunden a los hijos y hacen la situación aún más penosa.

 

Si Ud. no vive con sus hijos, asuma una cierta rutina para que sus hijos sepan cuando lo van a ver, y que pueden contar con Ud. Esta puede ser una oportunidad para desarrollar una mejor relación con ellos que la que tenía cuando vivían juntos.

 

No cobre a los hijos las cuentas pendientes con la pareja ni los culpe por lo que ocurrió o por lo que ocurre. Ellos no son responsables de la situación y no pueden ayudarlos.

 

No les cree a sus hijos falsas expectativas respecto a una reconciliación.

 

4- Con respecto a su nueva pareja:

 

-Exprésele su amor y dígale cuánto aprecia esta relación. Sea sincero.

-Tome conciencia de la forma en que su relación anterior afecta esta nueva.

-Dialogue con su pareja acerca de sus expectativas y sus dificultades.

-Sea respetuoso de los sentimientos que genera esta nueva situación.

-Acepte que cada uno tiene un pasado que debe ser respetado.

-No pretenda hacer una familia grande sumando su familia anterior con la que tiene ahora.

– En lo posible, no se precipite. Tome en cuenta que construir una nueva familia implica tiempo y esfuerzo. Son muchos los elementos que entran en juego.

 

5- Con respecto a los hijos cuando se ha constituido una familia ampliada

 

Si Ud. ama verdaderamente a su pareja y a sus hijos:

 

Acepte que esa nueva situación es difícil para sus hijos. Ud. toma la decisión de volverse a casar o de unirse a alguien, pero esa decisión los afecta directamente. Acoplarse a esta situación implica tiempo, paciencia y mucho amor.

 

No confunda los lugares: su pareja no reemplaza al padre o a la madre de sus hijos.

Si ha vuelto a armar pareja, no espere que esta de la ordenes o tome decisiones respecto a la disciplina de sus hijos. Hágalo Ud en lo posible. Esto evitará confrontaciones inútiles y confusiones respecto a la autoridad.

 

No exija afecto hacia los hijos ni de estos hacia la nueva pareja. El amor, la comprensión, el tiempo , la comunicación, y la tolerancia por las diferencias permitirá establecer una relación sólida entre ellos.

 

Propicie espacios diferentes de encuentro con sus hijos. Muéstreles su afecto. Cuando Ud se vuelve a casar estos se sienten desplazados y con frecuencia rabiosos. Piensan que han perdido su amor y por eso se comportan de una manera agresiva.

 

Dialogue con su pareja y con sus hijos acerca de las dificultades que están enfrentando y las ansiedades que estas despiertan. Comparta con ellos sus ambivalencias, sus temores. Sea lo más claro posible respecto a sus proyectos. Las medias palabras y las actuaciones solo crean malentendidos y resentimientos. Solo el dialogo sincero, la voluntad de aceptar las diferencias son una base sólida para construir estos nuevos lazos familiares.

 

 

Anexo 2

 

Este cuestionario tiene por objeto identificar algunas de sus creencias o actitudes en relación con el tema de separación y nuevas organizaciones familiares.

 

SEPARACION Y NUEVAS ORGANIZACIONES FAMILIARES

 

 

CUESTIONARIO DE FRASES INCOMPLETAS

La separación_________________________________________________________________
Las personas separadas_________________________________________________________

 

Los segundos matrimonios______________________________________________________

 

Lo que es más difícil de la separación______________________________________________

 

Cuando yo me separé _________________________________________________________

 

Lo que es más difícil de volverse a casar es_________________________________________

 

Mi anterior pareja_____________________________________________________________

 

Mi pareja actual_______________________________________________________________

 

Yo pensaba que un segundo matrimonio____________________________________________

 

Mi familia actual_____________________________________________________________

 

Los hijos de mi pareja__________________________________________________________

 

La gente piensa que nosotros____________________________________________________

 

Lo que más me duele de los problemas que presentan mis hijos________________________

 

La relación de mis hijos con su papá (mamá)_______________________________________

 

La relación de mis hijos con mi actual pareja________________________________________

 

Cuando mi pareja corrige mis hijos, yo____________________________________________

 

Lo que más de duele de lo que me ha ocurrido es_____________________________________

 

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PARA UN TRABAJO EN GRUPO

 

PREGUNTAS

-QUE ES LO MÁS DIFÍCIL DE LA SEPARACION

 

-CUALES SON LAS SITUACIONES MAS FRECUENTES QUE ENFRENTAN LAS PAREJAS   SEPARADAS

 

-CUALES SON LAS SITUACIONES MAS FRECUENTES QUE ENFRENTAN LOS HIJOS DE PADRES SEPARADOS

 

-SEÑALE ALGUNAS INQUIETUDES O PREGUNTAS QUE ESTE TEMA LE SUSCITA AL GRUPO

 

-PROPONGA UN CAMBIO RESPECTO A ESTAS SITUACIONES Y LOS MEDIOS PARA LOGRARLO_____________________________________

[1] Conferencia Fundación Santillana, 2004

 

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