Terapia de Pareja
Cuándo consultar
Cuando la pareja siente que su relación se ha empobrecido o deteriorado por patrones dañinos de interacción.
Cuando está atravesando una situación crítica ya sea por infidelidad, maltrato, insatisfacción o por otras situaciones que la lleva a cuestionarse si seguir juntos puede ser posible.
Cuando la pareja tiene dificultades con los hijos, con las familias de origen, duelos o atraviesa situaciones específicas que les han generado una crisis tal que sienten que no las pueden resolver por sí mismas.
Cuando la pareja se plantea que la única salida posible es una separación.
Para qué una terapia familiar
Para restablecer canales de comunicación, aprender modalidades más adecuadas para resolver los conflictos, identificar patrones dañinos de interacción que no permiten la construcción de una relación sana y satisfactoria para ambos.
Para abordar temas complejos como la sexualidad, el dinero, la convivencia, los espacios de privacidad, las familias de origen, etc.
Para proveer un espacio de dialogo que les permita reflexionar sobre lo que les ocurre y evitar la toma de decisiones precipitadas acerca de su futuro, de sus bienes o de sus hijos.
Para ayudar a la pareja a decidir si pueden continuar juntos, o en todo caso, separarse de una manera tal que se lesione lo menos posible y preservar su relación como pareja de padres si fuere el caso.
Para reparar el daño ocasionado a su pareja y si esto no fuera posible, poderse separar.
Duración y tiempo
Se inicia con una entrevista conjunta y dos o tres más, antes de empezar un proceso que implica un compromiso mayor de asistencia. En estas entrevistas iniciales el terapeuta comunica a la pareja su impresión acerca de lo que ocurre y la indicación terapéutica: terapia de pareja, la derivación a un terapeuta individual, a un terapeuta para uno de los hijos, o la indicación de una terapia familiar.
En general se aconseja una intensidad de una hora semanal. La duración es variable según el caso.