Nuevas Uniones, introducción al tema

 

NUEVAS UNIONES Introducción al tema blog

 

Myriam Alarcón de Soler

 

He trabajado muchos años como terapeuta de pareja y de familia y una y otra vez las parejas vienen a consultarme por las dificultades que los hacen sufrir.

Una temática cada vez más frecuente son las parejas que vamos a denominar aquí, Nuevas Uniones. No quiero decir con esto que me refiera literalmente a la segunda unión. Puede ser la tercera, o la cuarta, pero lo que tienen en común estas relaciones, es que son parejas que se arman después de la separación de uno o de ambos miembros de la pareja. Con frecuencia estas parejas tienen hijos de las uniones anteriores, y algunas veces, hijos en común.

 

Estas Nuevas Uniones  están atravesadas por unas temáticas propias, específicas, derivadas precisamente de su conformación, y otras temáticas que serían comunes a cualquier relación de pareja estable.

 

No he hablado de parejas “matrimoniales”. Muchas parejas optan hoy día por establecerse como tales sin pasar por un rito religioso o civil. Esto no obsta para que se consideren pareja y sientan que tienen un compromiso serio con ese vínculo, y que se establezcan entre ellos parámetros que los identifican como pareja. Son parejas estables, que comparten una cotidianeidad, relaciones sexuales, un proyecto de vida conjunta y casi siempre un compromiso de fidelidad y de exclusividad.

 

Cuando se rompen estas “PRIMERAS UNIONES”, las parejas transitan por una separación que conlleva un proceso de duelo. Estas relaciones previas dejan con frecuencia marcas que van a tener efectos en las nuevas relaciones que se establezcan. De esas primeras uniones generalmente hay hijos, lo cual hace que las nuevas parejas deban asumir esta realidad de la vida del otro, situación que genera a veces conflictivas diversas.

 

La conformación de las nuevas uniones es compleja. Ante la pregunta “las segundas uniones son más fáciles que las primeras”, muchas personas responden rápidamente SI. Argumentan que se tiene más experiencia, que en las segundas relaciones se trata de evitar los errores de la primera, que la experiencia permite sortear de una manera más adecuada situaciones que acarrearon dificultades en la primera relación.

Si bien esto puede ser cierto, las nuevas uniones tienen una complejidad mayor. Las temáticas no resueltas con la pareja anterior y cicatrices emocionales que pueden haber quedado inciden en la nueva relación. Por ejemplo, las personas que han sido traicionadas dirán “Al perro no lo capan dos veces”, y tratarán de ejercer más control sobre su pareja para que la “historia no se vuelva a repetir”. Oímos con frecuencia decir: “Todos los hombres son infieles”, “A las mujeres lo único que le interesa es la plata”, generalizaciones que hablan de aquellos sufrimientos que se padecieron, y que hacen mella en esa nueva historia que se desea construir.

A la “carga” de las “culpas de la primera relación”, se agregan otras situaciones. Si la nueva pareja se quiere casar por lo católico, porque sus valores religiosos así se lo indican, no lo pueden hacer a no ser que puedan anular el matrimonio anterior, proceso complejo, costoso, y a veces imposible. Estas parejas sienten que están marcadas por un estigma social, como si su situación fuera impropia, inadecuada y en algunos casos, pecaminosa.

Si bien desde el punto de vista del imaginario social las nuevas uniones son cada vez más frecuentes, el grupo social no sabe bien como lidiar con estas situaciones. Por ejemplo, en celebraciones tales como primeras comuniones, bodas, grados, que se hace con los “ex”?

Entonces uno de los puntos que trataremos en este libro será la separación y sus características, porque estos factores afectarán a las SEGUNDAS UNIONES.

Los hijos representan también un capítulo fundamental en toda esta temática. Estos están colocados en el ojo del huracán que desencadena la separación, y posteriormente su lugar en la vida de los padres es difícil. Algunos padres asumen con entereza, valentía e integridad su nueva situación y organizan su vida en familias uniparentales. Otros padres quedan atrapados entre las demandas de la SEGUNDA UNION y su deber como padres. Hablaremos ampliamente de este punto.

 

Las familias políticas al igual que los amigos quedan atrapados en conflictos de lealtades difíciles de resolver. Del lado de quien se ponen? A quien eligen? Con cual de

los dos continuarán su relación?

 

La nuevas parejas enfrentan desafíos diversos dependiendo de su edad, y de la edad de sus hijos. No es lo mismo volverse a casar o a formar pareja cuando se tienen hijos pequeños, a cuando se tienen hijos adolescentes, o adultos, que ya se han ido de la casa. Cada una de estas situaciones tiene una especificidad.

 

Por último quiero señalar que los conflictos son inherentes a la vida humana, y particularmente a la vida de pareja. Construir y conservar una pareja y una familia requiere un esfuerzo constante, construcción basada en el respeto por las diferencias del otro. Esta construcción dista mucho de las expectativas de los cuentos de hadas, donde los protagonistas “se casaban y eran muy felices”. La vida en pareja y en familia constituye todo un reto que va dando sus frutos. Solidaridad, afecto, ternura, disponibilidad, sexualidad satisfactoria, intimidad son los frutos de ese esfuerzo constante y compartido.

 

Después de esta introducción nos dedicaremos a cada uno de estas temáticas de manera más extensa.

Al final hemos incluidos algunas cuestiones y sugerencias, que resumen de alguna manera los puntos fundamentales que hemos abordado.

 

 

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