Secretos, Resumen, 2005

SECRETOS FAMILIARES, OCULTAMIENTO Y DESMENTIDA[1]

Un reto para el terapeuta vincular

 

Myriam Alarcón de Soler[2]

 

“Todos los secretos están guardados en un mismo cajón, el cajón de los secretos, y si develas uno, corres el riesgo de que pase lo mismo con los demás.” Laura Restrepo, Delirio, 2004.

 

Interés del tema:

Los secretos proponen al analista interrogantes teóricos, clínicos y éticos.

El tema de los secretos resulta polémico, simplificado a veces con respuestas, como por ejemplo: “todo” se debe decir, o “los analistas nos debemos cuidar para no involucrarnos en secretos”. Genera situaciones clínicas altamente complejas y reacciones contratransferenciales de gran intensidad.

 

Definición:

El secreto es un funcionamiento vincular: conducta manifiesta que consiste en un ocultamiento consciente de algo a otro miembro de un vínculo aduciendo razones conscientes que son utilizadas como defensa.

Los secretos hacen referencia a situaciones en las cuales un conocimiento pertinente a un vínculo deja de circular por la censura o la prohibición impuesta por uno o alguno de sus miembros.

 

Diferenciamos entre contenido del secreto y la función del secreto.

Diferenciamos lo que es privado -privativo de un vínculo- de lo secreto. Entendemos por privado aquello que es propio de un vínculo, pero que no necesariamente es secreto[i].. Lo secreto implica una exclusión consciente del otro -un ocultamiento- frente a algo que le pertenece. Los distintos espacios vinculares tienen un espacio de intimidad que les es propio. Entendemos por íntimo aquello que corresponde a la esfera de lo intrapsíquico, y privado a aquello que pertenece a un vínculo, familiar o grupal.[ii]En cada individuo y en cada vínculo existen aspectos incompartibles para otros. El forzamiento de estos límites de intimidad en el individuo y de privacidad en los vínculos genera violencia.

 

 

El secreto: expresión de una dinámica vincular

 

El secreto sería un ocultamiento consciente de una realidad que produce una herida narcisista y que cuestiona los ideales familiares y la pertenencia social del sujeto. Aquello que se oculta circula en el inconsciente vincular. De alguna manera es conocido o presentido. En cuanto que es un emergente vincular, podemos decir que los miembros de un vínculo comparten las motivaciones inconscientes relacionadas que llevan a la puesta en escena de la intención consciente de ocultamiento. En general, en algún nivel se sabe o presiente aquello que se oculta.

 

Así, el secreto es un mecanismo que se apuntala lo intrasubjetivo – en cuanto hace referencia al narcisismo , en lo intersubjetivo– hace referencia a los ideales familiares-, y en lo transubjetivo– se relaciona con la pertenencia social del sujeto[iii].

 

A nivel intrasubjetivo la función del secreto se relaciona con evitar la herida narcisista que su revelación podría ocasionar: castigo, retaliación, vergüenza propia o ajena, movilizando así algunos mecanismos de defensa, que también podemos observar en las resistencias que surgen dentro del proceso psicoanalítico. El Yo, que cabalga entre narcisismo y realidad[iv], construye el secreto, ocultando un aspecto de la realidad que rechaza o pretende desconocer. El secreto se conforma como una pseudo salida mágica que permitiría sostener la ilusión de evitar el dolor psíquico que esta realidad ocasiona.

 

A nivel vincular tiene una función inconsciente relacionada con el sostén de ideales familiares, que pueden estar relacionados con los mitos familiares, ideales que se ven amenazados con la develación de aquello que constituye el contenido del secreto, ideales apuntalados en un particular espacio y tiempo social.Se oculta, se acalla, se desmiente en un intento de escapar a las ansiedades catastróficas que genera el descubrimiento de la transgresión de ciertos ideales o normas sociales. Se obtura así la resolución del conflicto, bajo el supuesto que desconocer es no saber.

 

Desde lo social, los secretos pueden apuntar a preservar la unidad familiar y la pertenencia a un medio social, amenazada por las transgresiones que el secreto trata de encubrir. Esas transgresiones pueden referirse a aspectos de la sexualidad, el nacimiento, la muerte,   la enfermedad, o a temas relacionados con violencia o dinero. Son temas que generan algún nivel de vergüenza, desde lo individual o desde lo colectivo. La develación del secreto, puede generar intensas ansiedades porque se cuestiona la pertenencia social del sujeto.

 

El secreto y su efecto en los vínculos:

 

El secreto obtura en las familias la circulación de un significado que se puede expresar a través de diferentes síntomas, pudiendo incluso manifestarse varias generaciones después[v] Losso diferencia entre lo “no decible”, “lo no nombrable” y “lo impensable”-[vi] Estos significados que pueden emerger en diversas formas: síntomas, lapsus, malentendidos.

 

El secreto y su mecanismo de ocultamiento tiene como efecto la exclusión de unos y la inclusión de otros miembros, que tienen acceso a un conocimiento valorado por los miembros del vínculo. Esta dinámica se expresa en la conformación de una organización dualista: los que saben y los que no saben. Dicho conocimiento puede tener cierta función de poder, el poder que se le otorga a este conocimiento en una particular dinámica vincular. Este conocimiento puede servir para sentir un lugar de privilegio, para chantajear o manipular a otros, para someter, humillar, etc.

 

El secreto remite a un juego de poder donde un polo del vínculo se coloca en el lugar de la censura y decreta un saber como no legítimo para el otro polo del vínculo.

La desmentida puede emerger como uno de los mecanismos frente al secreto, y la amenaza que su develamiento ocasiona. Remite a un pretender no saber, lo que en un nivel se sabe, desmentida que circula generando silencios, malos entendidos, confusiones, sensación de enloquecimiento, etc.

 

Secretos familiares: desafío clínico

 

El terapeuta familiar inicialmente es confrontado con la pregunta: develar o no develar un secreto, corriendo el riesgo de quedar atrapado en una sin salida. Desde la clínica, puede tratar de evitar “que le cuenten”, intento con frecuencia infructuoso.

 

La temática del secreto puede generar en el analista diversas reacciones contratransferenciales que van desde la sensación de entrampamiento entre “denunciar” o “callar” el secreto, al quedar incluido en el polo de la organizacion dualista de los que saben, hasta la curiosidad exacerbada y voyeurista de los que no saben. Desde la transferencia el terapeuta puede aparecer como el que abre la caja de Pandora cuyos males quedarán esparcidos por toda la tierra o como el Cancerbero que ha de cuidar el acceso al secreto. Transferencia paradojal[vii] que propone una sin salida.

 

La sin salida está planteada desde un falso supuesto acerca de la función del analista. Su función no es develar o callar, se trata de poner acompañar a los integrantes de un vínculo en el complejo proceso de conocimiento, de aceptación de sus diferencias, de profundización de sus ansiedades. No todo se puede saber, no todo se puede decir: la construcción vincular supone un proceso de construcción y deconstrucción que requerirá un tiempo. Tiempo propicio para adentrarse en la complejidad de las condiciones vinculares que dieron lugar a la emergencia y sostén de un secreto, para adentrarse en la comprensión de sus efectos, de su dinámica, del significado que conlleva callarlo o develarlo, de la renuncia a soluciones fáciles, o consejos simples que están bien lejos de una construcción vincular compleja.

 

La función del analista será proponer un escenario donde se analicen las motivaciones inconscientes que llevaron a estructurar el secreto y a sostenerlo, la función defensiva que ha tenido y sus manifestaciones en el vínculo, el juego de poder implícito en el secreto, las ansiedades que suscita develarlo o mantenerlo y las consecuencias de su develación[viii]y el cuestionamiento acerca de salidas simplistas, que llevarían a dar consejos o a colocarse en el lugar del que cuenta o revela aquello que la familia no puede afrontar. Contar o callar un secreto debe obedecer a un tiempo psicológico, a un contexto apropiado o tal vez a optar por el silencio, como una forma madura que implica una renuncia a la omnipotencia.

 

Preguntas tales como: ¿Desde qué ideales narcisistas ha quedado instaurada la censura?, ¿Cuáles son las consecuencias imaginadas ocasionadas por la develación del secreto y cuales tendría conservarlo? Si el secreto es de la esfera de lo íntimo o de lo privado, cuales serían las consecuencias de hacer público ese conocimiento? Cuales son las motivaciones que lo sostendrían? ¿Qué es aquello que es considerado no legítimo o transgresor?

Indagar acerca de estos aspectos permite pensar no acerca de: “cómo decirlo”, “qué decir” o “cuando decir”, sino que es lo que se ha constituido en no decible, no contable, no pensable. Este análisis permitirá en el mejor de los casos encontrar una salida más constructiva: explicitar lo secreto o guardarlo no como un saber oculto, sino como espacios de intimidad de los vínculos que han de ser preservados. El secreto se explicita cuando las ansiedades que lo llevan a constituirse pueden ser elaboradas e implica la renuncia al poder que supuestamente otorga. Se observa que una vez el secreto se ha hecho explícito, la fuerza que se adscribía al contenido se desvanece: “lo secreto” deja de serlo y simplemente “cae”. Un secreto puede ser válido en un tiempo preciso, y con el paso del tiempo pierde vigencia.

 

La película: La Celebración

 

He elegido La Celebración, película producida por el grupo Dogma, como un pretexto para abordar entre otras la temática del secreto. Película que precisamente por su gran realismo traspasa las barreras de tiempo y espacio y resuena en el espectador como algo conocido, doloroso y siniestro.

La mirada de este escrito estará básicamente centrada en los vínculos que entrelazan los personajes de esta historia. Trama en la cual convergen aspectos de su historia, de su historia infantil, de su historia familiar, acontecimientos, traumas, secretos, que han hecho marca en la vida actual de los personajes. En el presente, esa historia cobra sentido, a veces de forma muy dramática. No son pues solamente los hechos de esa historia que determinan a sus personajes, sino también, cómo, a partir de hechos nuevos, los vínculos pueden construirse de otra manera, con otros parámetros.

Repetición y novedad: dos polos siempre presentes, tanto desde nuestra lectura de los vínculos, como los ejes que marcan un derrotero en el dispositivo individual- bipersonal- y en otros dispositivos vinculares, como la terapia de pareja y la terapia familiar.

Una celebración, donde convergen el pasado y el presente, contexto que se constituye como ámbito propicio para el “acontecimiento[ix]

La Celebración habla de una familia. Habla de un evento, la celebración de un cumpleaños, que es común a muchas familias, a pesar de las diferencias culturales. Habla del vínculo con el padre, también el vínculo con la madre. Habla del vínculo de hermanos, vínculo marcado no solamente por la consanguinidad sino por una historia común y una cotidianeidad compartida. Habla también de los vínculos de pareja. Habla en fin de los vínculos entre seres humanos, del conflicto inherente a los mismos, de su potencialidad para el sufrimiento y el placer, de la posibilidad de hacer marca en el psiquismo tanto como efecto de lo traumático como a partir de relaciones significativas.

 

La película: breve resumen

Una familia se reúne en una casa aislada, hotel donde transcurrió la infancia de los protagonistas. Vienen a celebrar los 60 años del padre.Esta reunión esta signada por una reunión previa: el sepelio de la hermana, quien se ha suicidado hace apenas dos meses. Asisten el padre, la madre, y tres hijos. Asisten también la familia extensa y algunos amigos y están presentes los empleados de esta casa-hotel, quienes han compartido la vida de esta familia. Testigos de una historia, y testigos obligados de una denuncia.

Regreso a la casa paterna que convoca en cada personaje recuerdos y temores de la infancia. Encuentro con el pasado, que los lleva irrevocablemente a confrontar interrogantes acerca de los vínculos entre ellos. El reciente suicidio de la hermana suscita la búsqueda de alguna pista que lo explique. Acontecimiento que enlaza otras experiencias, otros traumas, secretos y dolores compartidos pero nunca hablados.

Entre brindis y brindis emerge el drama familiar, denunciado por el hermano mayor: el abuso sexual del padre con sus hijos mellizos. La familia ha vivido durante más de 25 años con ese secreto, desmintiendo el abuso, con la complicidad de la madre quien describe su vida al lado de su marido como maravillosa. Finalmente, aparece una carta de la hermana muerta, dirigida a “quien quiera” de sus hermanos que la encuentre denunciando el abuso sexual del padre que la lleva al suicidio.

 

El tiempo, los aniversarios

Los aniversarios, los cumpleaños, las navidades, convocan recuerdos, diversas sensaciones, sentimientos, ansiedades. Hablan de un tiempo psicológico, el Kairós, a diferencia de Cronos, que habla del tiempo cronológico Estas fechas remiten con frecuencia a conflictos concientes e inconscientes: circula el deseo de unión familiar, felicidad y paz, pero también convocan recuerdos, sentimientos, resentimientos, duelos no elaborados, ansiedades en relación con el paso del tiempo, la finitud de la vida, la muerte.

Los síntomas

Ante el espectador se despliega el sufrimiento de esta familia, expresado en diversos síntomas individuales: suicidio, depresión, locura, violencia, adicciones, pedazos que al igual que un rompecabezas hablan de una sintomatología familiar. Síntomas que hablan de lo no dicho, de lo callado, de los secretos, del silenciamiento de la violencia que ha circulado allí.

 

Esta película nos muestra un momento de la vida de una familia. Presente en el cual se dan cita acontecimientos pasados que han marcado la historia de esta familia, pero que cobran vida con la presencia de los personajes. Aparece el padre, la madre, los hijos, las parejas de los hijos, los nietos. También aparecen los abuelos: el padre del padre, la madre del padre. Otros asistentes, parientes, amigos, o parientes por adopción.

 

La presencia y la figura del padre atraviesa toda la película. Padre odiado y temido ante el cual sus hijos se someten porque temen sus represalias. Padre que como aquel de la horda primitiva, tiene ahora acceso a todas las mujeres. Padre, que es destituido, y desterrado por sus hijos. Padre que cuando es enfrentado con el abuso sexual hacia sus hijos dice “no recordar”. Padre que encarna la imposibilidad de sostener el tabú del incesto, presa de su sexualidad desbordada, de un goce mortífero.

Transmisión generacional de una modalidad vincular que hace de sus propios hijos meros objetos de su satisfacción sexual y que incita a hacer presencia solamente en cuanto pueda dar testimonio de su potencia sexual. Se podría rastrear así el mandato de su propio padre -quien recuerda, a partir de un relato soez y un chiste-, que lo incita desde la adolescencia a encontrar su valía en el tamaño de sus “testículos”. Le propone “que coloque una patata debajo de los pantalones de baño…para que pueda conquistar a las mujeres.”

 

La madre, cómplice, aparece no solamente desligada de sus hijos en los afectos, sino incapaz de protegerlos de la sexualidad desbordada del marido, llegando incluso a secundarlo en la desmentida del incesto.

 

La memoria aparece como un elemento esencial de la trama. Es a partir del suicido de la hermana melliza, que el protagonista, Christian, quiere denunciar, servir de memoria colectiva que hable de aquello que parece olvidado. La carta encontrada por la hermana, es el hilo que une el pasado y el presente, los muertos con los vivos. Memoria que como hilo conductor de una trama vincular, lleva no solo al encuentro con el Minotauro, al estilo del laberinto clásico, (es decir al evento traumático: el incesto, temática exaltada por la película) sino hilo que abre diversas puertas, laberinto rizomático que permite adentrarse en la historia, en los acontecimientos que la constituyeron, pero sobre todo, laberinto que permite a los personajes adentrarse en su presente, laberinto que lo confronta con sus vínculos de hoy, presente en que convergen los acontecimientos del ayer.

 

La memoria convoca los fantasmas del pasado. Fantasmas tan dolorosos que necesitan testigos. El protagonista es elegido para decir unas palabras, en honor del padre. Elige otro camino: denunciar al padre, también denuncia la complicidad e indiferencia de la madre. Rompe la prohibición de hablar de lo secreto, rompe el acuerdo tácito de silenciamiento. Intenta ser escuchado denunciando la violencia padecida por él y por su hermana. Intenta ser escuchado por un grupo en su necesidad de una ley que sancione la transgresión, el incesto. Esta denuncia es desmentida por la madre, ignorada en primera instancia por el grupo. El hijo es burlado, golpeado, encerrado y expulsado, escena que representa el intento de desmentida colectiva de lo ocurrido.

 

Denominaremos testigo a aquel que puede dar cuenta de un hecho. También el testigo es el asume la responsabilidad de denunciar aquello que hace daño, a quienes por circunstancias tales como edad o condición no puede defenderse. Ser testigo implica también una responsabilidad ética, poner el cuerpo.

En la película hay varios testigos, no todos son capaces de asumir las consecuencias de dar testimonio. El padre, testigo de sus propios actos, dice no recordar. La madre no solo desmiente al hijo, sino que lo trata de loco, diciendo que ha inventado una fantasía como cuando era pequeño y tenía un amigo imaginario. Intento de seducción que pretende hacerlo dudar de la validez de sus propias percepciones. La hermana mayor, que encuentra la carta desde el principio, opta por callar, hasta el final. Siente tal vez que el dolor de confrontar al padre es demasiado grande. El sirviente, compañero y testigo de la infancia de Christian, tiene una función preponderante de ayuda, de apoyo. El testigo definitivo es la hermana, que con su muerte da testimonio. Con su carta, atraviesa el tiempo, para hablar de lo siempre callado, de lo secreto.

 

Entendemos por violencia imponer a otro por la fuerza un acto, un deseo, una idea. En los vínculos hay actos cuyo sentido es eliminar o matar psíquicamente. Nos referimos a matar el deseo, la opinión, la existencia subjetiva. Matar lo que en el otro hay de alteridad y de ajenidad, como lo radicalmente distinto.

En los vínculos vemos violencia manifiesta y también violencia encubierta, marcada por el saboteo, la provocación, la desestimación, la desmentida, el reproche, la paradoja y también la distancia excesiva. Esta violencia es más difícil de reconocer

La violencia se da por la fuerza en forma de autoritarismo, se da por seducción, y se da por confusión, en forma de paradoja. Esta última tiene como componente esencial negar una percepción, es decir, la desmentida.

 

En esta película aparecen diversas formas de violencia. La más dramática es el abuso sexual de los hijos por parte del padre. Otra forma de violencia está encarnada por la madre, en su complicidad de hoy y de ayer, en su desmentida y en su incapacidad de cuidar a sus hijos, en su necesidad de preservar el vínculo con su marido y su estabilidad económica y social. Violencia desbordada del hijo menor cuando golpea y humilla al padre. Violencia del alcohólico en sus actuaciones hacia su mujer: no solo la grita, la maltrata, sino que la desconoce en su lugar de esposa, cuando desde la primera escena la baja del auto para subir al hermano. Ya desde allí se nos anticipa la primacía de los vínculos de la familia de origen sobre los vínculos de alianza, la endogamia versus la exogamia. Violencia racial del grupo en su burla hacia el novio negro de la hermana mayor. Y por último, la violencia encarnada en el intento de “borrar todo rastro de lo ocurrido”, expulsión actuada por el grupo.

 

El suicidio deja a los integrantes de una familia con múltiples preguntas, pocas respuestas, una gran culpa. El suicidio es un síntoma de una dinámica vincular: talvez de un “no lugar”, de la imposibilidad de ser escuchado, de un sufrimiento que llega a ser tan intolerable que es preferible la muerte. En esta familia, el suicidio aparece como una forma de denuncia de la transgresión. Es la muerte de la hermana, acontecimiento fundamental en la vida de esta familia, lo que lleva a la familia a romper el secreto. La memoria es evocada en la búsqueda de pistas que pueda haber dejado la hermana antes de su suicidio. Recuerdan los hermanos que jugaban a esconder y a dejar pistas que llevaran a encontrar lo perdido. Christian no se resigna a no haber estado allí. Sin embargo, incluso antes de leer la carta, ya sabe, dice: “Brindo por mi padre, el asesino de mi hermana.” La hermana escribe: “No puede tolerar mas el abuso del padre, violencia que ha continuado hasta el presente: la toma cuando está dormida”. El suicido es una salida fallida, pero salida al fin. La carta es la forma como su voz puede ser oída mas allá de la muerte. Muere para poder decir.

 

El secreto, la desmentida y el ocultamiento son elementos claves de la dinámica de esta familia. Se ha sostenido a ultranza el ideal narcisista de “familia ejemplar”, testigo del cual aparece la familia extensa y el grupo de pertenencia. La trasgresión y el ocultamiento subsecuente circulan en síntomas, “locutores” de la patología familiar. El conflicto está entre la develación del abuso sexual del padre hacia sus hijos, la negligencia y complicidad la madre, y el ocultamiento y la desmentida que pretende preservar un status quo, “como si nada hubiera pasado”.

 

Un comentario final

 

Los secretos confrontan al terapeuta y a las familias con la difícil tarea de construir vínculos. Construcción lejana de las certezas y de las respuestas simplistas. Hablar de lo secreto puede tener efecto de acontecimiento, de novedad vincular. En otras ocasiones, optar por callar puede ser una manera de preservar un vínculo, de reservar un espacio para lo íntimo, para lo privado. Renuncia en todo caso a la omnipotencia de encontrar respuestas simples, para problemas, vinculares, altamente complejos.

 

 

 

 

[1] Trabajo presentado al IV Congreso Mundial de Psicoterapia, Buenos Aires, Agosto 27-30, 2005

[2] Psicóloga, Psicoterapeuta de Pareja y Familia, y directora Grupo de Profundización y Terapias Vinculares, desde 1998. Agradezco a sus integrantes Dr.Ricardo Aponte, Dr.Danilo Diazgranados,   Psic. Luz Marina Escobar, Lic. Ligia Gallego, Psic. Maggui Gutierrez, Psic.Carolina Lozano, Psic. Elsa Mantilla y Carolina Tejada sus aportes y comentarios. Corresponsal de la AAPPG en Colombia. myriamalarcon@aolpremium.com

 

 

 

[ii] La práctica de la terapia familiar nos conduce a discernir mejor y delimitar tres espacios superpuestos jerárquicamente, articulados uno con el otro: lo íntimo, lo público y lo privado. En un polo, lo íntimo es el espacio intrapsíquico del sujeto, aquel de “lo que hace a sí mismo” en el cual se aplica el derecho al secreto, implícito en la expresión “jardín secreto”. Incluso es aún el derecho a la mentira, espacio cuyo límite es del mismo orden del yo y el del cuerpo. En el otro polo, lo público, espacio de sociedad donde las tramas y las reglas deben ser conocidas y aprehendidas en transparencia.Entre ambos, lo privado, homomórfico con el espacio transicional: es el espacio de la familia y por extensión el de la vida grupal y asociativa: un espacio regido por la discreción. Es el espacio donde se producen los intercambios entre lo público y lo íntimo , donde se regulan los antagonismos entre el socius y el sujeto. La terapia familiar psiconalítica sitúa un dispositivo que condensa estos tres espacios: privado, público e íntimo y que por lo tanto va a revelar el estado de sus regulaciones recíprocas, de sus contradicciones, de sus clivajes y de sus confusiones, así como la forma en que funcionan sus límites. (André Carrel “Lo íntimo, lo privado y lo público” Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Tomo XVI, 1993)

 

[iii] Alarcón, M. “Secuestro, Conflicto de pertenencia y Espacio terapéutico:un cuestionamiento al ideal de práctica clínica”. Revista AAPPG, 2000

[iv] “Es en definitiva la intolerancia al cambio, tanto del yo como del objeto, la principal característica del dolor psíquico. Esto se debe a que el cambio atenta contra la permanencia y la perennidad de la organización narcisista unitaria, así en el espacio como en el tiempo.” Green A. Narcisismo de vida, Narcisismo de Muerte. Amorrortu Editores, 1993

[v] Losso, R. et al. “Modalidades del Procesamiento de los Duelos a lo largo de las Generaciones” Esta fractura en la simbolización actúa en la primera generación como “lo no decible”, refiriendose a aquello que se ha vivido o presenciado pero de lo cual no se puede hablar. En la siguiente generación este significado clivado se transforma en “innombrable” y en la tercera generación se transforma en “impensable”, surgiendo muchas veces en conductas bizarras.

[vi] Isidoro Berenstein también aborda esta temática en su libro Psicoanálisis de la Estructura Familiar, Cap. 5 “Acerca de la transmisión de los significados a través de la estructura familiar”. Paidos. 1981.

[vii] Didier Anzieu, “La Transferencia Paradojica : De la comunicación paradójica a la reacción terapéutica negativa”.

[viii] Entendemos por develación la explicitación del contenido del secreto, pero su develación no rompe la estructura inconsciente del secretear. A veces en aras de la verdad se develan secretos con un timing poco propicio, tomando una característica más evacuativa y donde la develación irrumpe violentamente.

 

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[ix] Entendemos por acontecimiento aquello que rompe la continuidad de una serie, lo imprevisto, que se hace lugar y que tiene como efecto la novedad vincular. “El acontecimiento puro, apertura de una época, cambio de las relaciones entre lo posible y lo imposible”. (Badiou, A, 1997), tomado de Berenstein , I., 2004.

 

 

Resumen

 

Los secretos constituyen un reto para el terapeuta vincular . Se define como una conducta manifiesta que consiste en ocultar algo frente a otro de un vínculo que es excluído de este conocimiento.Se plantean algunas consideraciones acerca del secreto, su función, sus efectos en los vínculos, su comprensión y abordaje en el ámbito de la psicoterapia vincular. En algunas oportunidades hablar de aquello que se ha vuelto secreto puede permitir poner en circulación un conocimiento que se ha vuelto tóxico en la medida en que está prohibida su enunciación y abre caminos de reparación.

 

La película La Celebración sirve como pretexto para profundizar en la conflictiva familiar alrededor de los secretos, el ocultamiento y la desmentida. La memoria es el hilo que une el pasado y el presente, los muertos con los vivos.

Se analiza el tema del secreto con sus componentes de silenciamiento: lo no dicho se transforma en prohibido, quedando fuera de la circulación del discurso familiar.

El suicidio es considerado síntoma de una dinámica vincular. Es considerado como acontecimiento que permite a la familia a romper el secreto.

Se analizan las distintas formas de violencia que circulan en la familia una de las cuales es la desmentida.

 

 

 

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