Secretos, Familia y Lugar del Analista en la Trama Vincular

SECRETOS , FAMILIA Y LUGAR DEL ANALISTA EN LA TRAMA VINCULAR

Los secretos y su relación con los ideales familiares* 

Myriam Alarcón de Soler[1]

Maggie Gutierrez de Salamanca[2]

Ligia Gallego de Posada.[3] [4]

 

El secreto en la clínica vincular propone al terapéuta interrogantes teóricos , clínicos y éticos. Abordaremos en este trabajo algunas de estas temáticas.

1) Cuál es la definición de secreto y su especificidad en el campo vincular.

2) Cómo surge y cómo se sostiene el secreto en la dinámica inconsciente familiar.

3) Lugar y función del terapeuta con relación al secreto y su abordaje clínico.

 

Consulta una mujer, ejecutiva, Adela, de 35 años. Se identifica en los primeros momentos “como madre soltera” con una actitud que se podría describir como desafiante. Tiene un niño de 5 años, Luis Arturo, ”quien no sabe quien es su papá”. Ella le ha dicho que su papá vive en E.U.

Hace un año, Luis Arturo comenzó a presentar problemas de aprendizaje, y la profesora observaba que no sonreía. El servicio de psicología del colegio la envía “para que ella le cuente al niño quien es el papá”. Ella siente que es un secreto que no sabe como manejar, y espera que la terapéuta le indique “cómo decirle” al niño, o que le ayude a decirle.

 

  1. CONCEPTUALIZACIÓN DEL SECRETO: HACIA UNA DEFINICION MAS PRECISA

 

Según Freud el secreto hace referencia a aquellos aspectos conscientes que el sujeto no quiere comunicar. Este énfasis en el acto de no comunicar consciente, nos hace posible delimitar el secreto a la intención de callar algo. Esta intención tiene a su vez motivaciones inconscientes que relacionamos con el narcisismo familiar y el intento de sostener sus ideales.

 

No todo lo que con intención consciente se calla es secreto, debemos diferenciar lo privado de lo secreto. En un trabajo anterior proponíamos considerar como privado aquello que es propio de un vínculo, pero que no necesariamente es secreto[1].

Los distintos espacios vinculares tienen un espacio de intimidad que les es propio. Entendemos por íntimo aquello que corresponde a la esfera de lo intrapsíquico, y privado a aquello que pertenece a un vínculo, familiar o grupal[2]. En cada individuo y en cada vínculo existen aspectos incompartibles para otros. Forzar estos límites de intimidad en el individuo y de privacidad en los vínculos genera violencia. No sería secreto para un tercero, lo que es propio del fuero íntimo o privado de los sujetos.Desde lo fenomenológico, el secreto se constituye como tal, cuando se oculta algo que tendrían derecho a conocer los miembros de un vínculo.

 

La precisión aquí propuesta remite a los funcionamientos conscientes. Más adelante veremos que lo que se oculta conscientemente es presentido, conocido y circula en el inconsciente vincular. Igualmente se comparten las motivaciones inconscientes relacionadas con el sostén de los ideales familiares que llevan a la puesta en escena de la intención consciente de ocultamiento.

 

El secreto es producto de una estructura vincular que se expresa en una organización dualista entre los que “saben” – que a veces tienen la connotación de elegidos – y los que “no saben” que quedan en el lugar de los excluidos . Otros personajes se pueden agregar a cada uno de los polos. Entre los que saben circula la sensación de complicidad y entre los que no saben, la sensación de exclusión.

 

Los contenidos del secreto varían, aunque con frecuencia están relacionados con el nacimiento, la enfermedad, la copulación o la muerte[3]. Ciertos contenidos se refieren a la transgresión de un ideal identificatorio que cuestiona la inserción familiar en un medio social.

 

Diferenciamos contenido y función del secreto. Puget ha denominado “secretear” al sustrato inconsciente del secreto:”Los secretos son el resultado de la puesta en actividad del funcionamiento de una estructura primordial e inconsciente a la cual llamamos el secretear[4].

 

El secreto obtura en las familias la circulación de un significado que se puede expresar a través de diferentes síntomas, pudiendo incluso manifestarse varias generaciones después[5][6].

 

En síntesis, proponemos el secreto como síntoma de una estructura vincular, cuyo funcionamiento inconsciente se manifiesta en el secretear. El acuerdo inconsciente se centra en no develar el secreto, a pesar del sufrimiento vincular que conlleva el sostenerlo. Este acuerdo tiene aspectos conscientes y otros inconscientes.

 

  1. LOS SECRETOS FAMILIARES Y SU RELACION CON EL IDEAL

 

Condiciones vinculares inconscientes para la emergencia de un secreto.

 

El secreto es un mecanismo que se apuntala en los tres espacios psíquicos: en lo intrasubjetivo – hace referencia al narcisismo-, lo intersubjetivo– hace referencia a los ideales familiares-, y lo transubjetivo– se relaciona con el cuestionamiento de la pertenencia social del sujeto[7].

 

A nivel intrasubjetivo la función del secreto se relaciona con evitar castigo, retaliación, vergüenza propia o ajena, movilizando así algunos mecanismos de defensa, que también podemos observar en las resistencias que surgen dentro del proceso psicoanalítico.

El Yo, que cabalga entre narcisismo y realidad[8], construye el secreto, ocultando un aspecto de la realidad que rechaza o pretende desconocer. El secreto se conforma como una pseudo salida mágica que permitiría sostener la ilusión de evitar el dolor psíquico que esta realidad ocasiona.

 

Ideales y mitos familiares

 

El secreto y el secretear son síntomas de un funcionamiento vincular narcisista, cuya función defensiva es silenciar aquello que cuestiona los ideales familiares y evitar la herida narcisista que su develamiento ocasionaría.

La familia intenta sostener un ideal que remite en muchos casos al mito familiar[9][10]: cómo es esta familia, cómo se formó, cuales han sido sus héroes , sus características. Así, el apuntalamiento intersubjetivo del secreto remite a la preservación de ideales familiares enclavados en mitos que se verían cuestionados por la develación del secreto. Estos ideales y mitos contienen condiciones valoradas en un medio social y conforman una identidad familiar a la cual se debe el sujeto. Lo que oculta el secreto cuestionaría el mito familiar, por lo tanto sus orígenes y las posibilidades de existencia de uno o todos sus miembros dentro de lo que se considera como correcto o acorde al modelo establecido. El secretear emerge como una defensa ante la amenaza de ruptura del núcleo familiar o por el temor de un miembro a ser expulsado del mismo. La transgresión a esos ideales se puede relacionar con la vuelta de lo reprimido y/o denegado.

 

Lo no dicho, lo silenciado tácita o explícitamente, deja un hiato en la circulación de los significados, que se transforma en silencios,medias palabras,malos entendidos, lapsus, mentiras (“hay que tener buena memoria cuando se dice una mentira”[11]), síntomas, evitación de temas, lugares congelados o relatos míticos acerca de determinados personajes o situaciones que tienden a llenar fallidamente el vacío de significación dejado por aquello que se ha pretendido silenciar en el discurso. Estos síntomas emergen a manera de locutor del relato familiar.

 

El apuntalamiento transubjetivo del secreto y del secretear se relaciona con la transgresión del contrato narcisista, lo cual pone en peligro la pertenencia social del sujeto. Este tiene una función continente en los vínculos y su ruptura amenaza la permanencia de los mismos. La trangresión del de ciertos organizadores éticos[12] y la posible puesta en palabras de esta transgresión, implicaría el reconocimiento de su ruptura, se generan así intensas ansiedades relacionadas con el temor al fín del vínculo, a la expulsión del grupo social; en fin, a la pérdida de la pertenencia social[13]. El secreto emerge como una defensa familiar frente a dichas ansiedades.

 

La película danesa “La Celebración”, producida por el grupo Dogma, aborda este tema profundamente:

Una familia es convocada a la casa familiar para celebrar los 60 años del padre. Entre brindis y brindis emerge el drama familiar: el padre ha cometido incesto con dos de sus hijos mellizos, uno de los cuales ha presentado síntomas psicóticos, y la otra que se ha suicidado durante el último año, quien ha dejado una carta dirigida a “quien quiera” de sus hermanos que la encuentre, denunciando el hecho, frente al cual considera no poder seguir viviendo. El hijo menor es alcoholico y la menor ha ido errante por todo el mundo, huyendo de su depresión.La familia ha vivido durante más de 25 años ignorando el tema, con la complicidad de la madre quien desmiente la denuncia del hijo mayor. La madre describe su vida al lado de su marido como maravillosa. Ante la aparición de la carta, la desmentida no puede ser sostenida y la familia se rompe. El clima familiar de esta celebración bordea lo siniestro. El develamiento del secreto lleva a la disgregación familiar y a la sanción del grupo de pertenencia. El padre dice A partir de hoy no volveremos ya a estar juntos.”

 

En esta familia se escenifica como la trasgresión y el ocultamiento subsecuente lleva a la muerte o a la locura. Esta familia ha sostenido el ideal narcisista de “familia ejemplar” sosteniendo a ultranza el contranto narcisista. El secretear desmiente la violencia y el incesto que circulan allí. La confrontación de la transgresión de los organizadores éticos, a pesar de lo traumática, abre caminos de reparación: el reconocimiento del daño por parte del padre, la posibilidad del hijo mayor para armar pareja, el rescate del hijo menor, el reconocimiento del daño frente a un grupo familiar, la separación de la familia y discriminación de sus miembros en la búsqueda de espacios propios lejos del enmarañamiento conformado por falsas lealtades y rencores vigentes, pugnantes y silenciados.

 

 

 

 

 

  1. EL TERAPEUTA Y LOS SECRETOS

 

El terapeuta se encuentra en la clínica con la temática del secreto, confrontándolo con dificultades teóricas , clínicas y con frecuencia éticas. La familia se debate en una aparente sin salida, entre la necesidad de ocultar y al mismo tiempo develar el contenido del secreto.

 

La clínica

 

La temática es planteada como: “un secreto revelado al analista, que debe saber pero no reconocer”, “un no poder hablar de eso o aquello con otros miembros de la familia”, “ cómo abordar el tema”, “si es conveniente revelar o no revelar el secreto”, “se oculta esto para no hacer daño”o “tenemos un secreto pero no podemos hablar de él”. A veces aparecen indicios, medias palabras o un clima vincular que llevan al terapeuta a intuir un secreto y al mismo tiempo quedar atrapado en el silenciamiento propuesto por la familia.

 

La contratransferencia

 

La temática del secreto puede generar en el analista diversas reacciones contratransferenciales que van desde la sensación de entrampamiento entre “denunciar” o “callar” el secreto, al quedar incluido en el polo de la organizacion dualista de los que saben, hasta la curiosidad exacerbada y voyeurista de los que no saben. Desde la transferencia el terapeuta puede aparecer como el que abre la caja de Pandora cuyos males quedarán esparcidos por toda la tierra o como el Cancerbero que ha de cuidar el acceso al secreto. Transferencia paradojal[14] que propone una sin salida.

 

Es el secretear lo que lleva al terapeuta a quedar incluido, o atrapado en esta dinámica vincular. La sin salida queda planteada desde un falso supuesto: hay verdades que dañan, que es necesario ocultar a cualquier precio. Proponemos que lo que daña es la censura, el supuesto de unos de tener que cuidar a otros de una “verdad”. Se ataca así el impulso epistemofílico, el derecho al saber y al conocimiento.

 

Función del Analista

 

La esencia del secretear no es descubrir lo que se calla; conocer el contenido del secreto no rompe la estructura del secretear. Con frecuencia la develación confronta al analista con lo que describe Janine Puget como “una nuez vacía”. El entrampamiento para el terapeuta es creer que puede o debe develar los secretos, como contenidos.

 

La función del analista será proponer un escenario donde se analicen las motivaciones inconscientes que llevaron a estructurar el secreto y a sostenerlo, la función defensiva que ha tenido y sus manifestaciones en el vínculo, el juego de poder implícito en el secreto, las ansiedades que suscita develarlo o mantenerlo y las consecuencias de su develación[15]. Esta debe obedecer a un tiempo psicológico y a un contexto apropiado.

 

La motivaciones inconscientes están relacionadas con el mantenimiento de los ideales y mitos familiares.Se oculta, se acalla, se desmiente en un intento de escapar a las ansiedades catastróficas que genera el descubrimiento de la transgresión de ciertos ideales o normas sociales. Se obtura así la resolución del conflicto, bajo el supuesto que desconocer es no saber. La experiencia clínica nos muestra que desde el inconsciente se sabe más de lo que pretende desconocer y si no se sabe con frecuencia se presiente. El encubrimiento consciente no es el encubrimiento del inconsciente. Los síntomas emergen como denuncia de lo no sabido conscientemente.

 

El secreto remite a un juego de poder donde un polo del vínculo se coloca en el lugar de la censura y decreta un saber como no legítimo para el otro polo del vínculo. ¿Qué es aquello que es considerado no legítimo?, ¿Qué es lo que no se puede comunicar?, ¿Desde qué ideales narcisistas ha quedado instaurada la censura?, ¿Cuáles son las consecuencias imaginadas ocasionadas por la develación del secreto?

Indagar acerca de la herida narcisista que supondría la develación del secreto, permite a los pacientes pensar no acerca de: “cómo decirlo”, “qué decir” o “cuando decir”, sino que es lo que se ha constituido en no decible, no contable, no pensable. Este análisis permitirá en el mejor de los casos encontrar una salida más constructiva: explicitar lo secreto o guardarlo no como un saber oculto, sino como espacios de intimidad de los vínculos que han de ser preservados. El secreto se explicita cuando las ansiedades que lo llevan a constituirse pueden ser elaboradas e implica la renuncia al poder que supuestamente otorga. Se observa que una vez el secreto se ha hecho explícito, la fuerza que se adscribía al contenido se desvanece:“lo secreto” deja de serlo y simplemente “cae”. Un secreto puede ser válido en un tiempo preciso, y con el paso del tiempo pierde vigencia.

 

Retomemos el caso clínico de Adela desde los elementos hasta ahora expuestos:

 

La relación con el padre del niño, Jorge, comenzó hace seis años: era su jefe, estaba casado y tenía dos hijos. La relación con Adela fué “siempre clandestina”. A los pocos meses de estar saliendo juntos, queda embarazada, el no quiere saber nada acerca de ésto. Sin embargo sigue saliendo con ella , pero mantiene la condición de decir que entre ellos no hay ningún compromiso. Nadie pregunta quien es el padre del niño, ella tampoco lo dice.

A los pocos meses de nacer Luis Arturo, Jorge se separa de su esposa, se va a vivir solo. Continúa la relación con Adela, pero no se casa con ella ni le ofrece ninguna relación estable. No se involucra ni emocional ni económicamente con el niño.

La impresión que tiene la terapeuta es que las personas alrededor de ellos sabían de esta relación y por lo tanto de la paternidad del niño, aunque nadie hablaba abiertamente de esto. Jorge sale con Adela, Luis Arturo, y sus dos hijos. Lo lleva a su casa, lo presenta a su papá como el hijo de Adela, su novia?, su amiga?.

Adela sabe que tiene que decirle al niño quien es su papá: “No sabe como hacerlo… No quiere hacerle daño… Teme su reacción.” Jorge asiste a la consulta, dice que está dispuesto a colaborar en lo que sea necesario, en decirle al niño, en darle su apellido, etc. Luego, no vuelve más…

El pedido de ella es “como decirle”. La terapeuta se pregunta, que llevó a Adela a “no decirle” o que es lo que no le ha dicho al niño, que no se puede decir a sí misma. Hablar acerca de lo no hablado, enfrentar aspectos no confrontados. Por esto propone a la paciente, empezar por mirar juntas aquello que la llevó a armar el secreto, a sostenerlo, y a quedar atrapada en él. Descubre que ha pospuesto decirle al niño quien es el padre, con la esperanza de que Jorge se case con ella y pueda “legalizar“ esta situación frente al niño, frente a otros, frente a sí misma.

Los dos provienen de familias rotas y desde sus historias traen duelos no resueltos. Ella pierde a su papá a los 16 años y tiene una relación muy distante y conflictiva con su madre. Jorge perdió su mamá cuando tenía cuatro años y tiene un padre distante por las ocupaciones en el trabajo.

Adela busca quien la proteja, quien la ampare, quien le enseñe, quien le dé reconocimiento,tal vez una familia y un mejor posicionamiento social. El se propone como protector, pero muy rápidamente la desampara y desmiente la relación frente a los demás.

En el espacio terapéutico se despliega el mismo funcionamiento: Jorge “hará lo que se necesite, lo que sea conveniente”, pero luego no vuelve.

 

Podemos observar a nivel intrasubjetivo que Adela se siente avergonzada de la relación clandestina con Jorge y por ser “madre soltera”. Aunque su defensa es mostrar que no le importa, esta se derrumba rápidamente ante su sentimiento de desamparo, confusión y angustia.

Desde lo intersubjetivo, vemos el rompimiento de los ideales familiares soportados en el matrimonio como origen de la estructura familiar, por lo menos desde el mito familiar. Ella esperaba tal vez que al quedar embarazada el se separara y se casara con ella.

Y a nivel transubjetivo, se hace necesario guardar el secreto para no hacer evidente el rompimiento del contrato narcisista que exige, no tener hijos fuera del matrimonio. En este caso existe una doble transgresión, el nacimiento en medio de una relación no reconocida desde lo social y la infidelidad del padre que tiene una relación matrimonial. Jorge no quiere enfrentar este secreto con su esposa. Reconocer a Luis Arturo como su hijo es hacer evidente que lo tuvo cuando aún estaba casado.

Por otra parte, el colegio de Luis Arturo, al remitirlo a una terapia de familia, ocupa el lugar de los ideales sociales; en su demanda se expresa el pedido social de decir al niño quién es el padre, es decir, “legalizar” la paternidad y de alguna manera la relación hasta ahora clandestina entre Adela y Jorge.

 

En resumen:

  1. El secreto aparece como una conducta manifiesta que consiste en no hablar de algo, frente a alguien, que se excluye de este conocimiento, aduciendo razones conscientes que son utilizadas como defensa. El secreto tiene un aspecto inconsciente relacionado con el sostén de ideales familiares que se ven amenazados con la develación de aquello que constituye el contenido del secreto .
  2. Diferenciamos lo que es privado -privativo de un vínculo- de lo secreto. Lo secreto implica una exclusión consciente del otro -un ocultamiento- frente a algo que le pertenece.
  3. Diferenciamos entre contenido del secreto y la función inconsciente, síntoma de un funcionamiento vincular, que es el secretear. El secreto y el secretear residen en una estructura vincular que se expresa en la conformación de una organización dualista: los que saben y los que no saben.
  4. El secretear deja por fuera de la circulación del discurso familiar significados que pueden emerger en diversas formas: síntomas, lapsus, malentendidos.
  5. Los secretos familiares apuntan a sostener un ideal familiar narcisista, relacionado con los mitos familiares.
  6. Los secretos pretenden preservar la unidad familiar y la pertenencia a un medio social , amenazada por la ruptura de los organizadores éticos. La develación del secreto puede generar intensas ansiedades porque se cuestiona la pertenencia social del sujeto.
  7. El terapeuta familiar inicialmente es confrontado con la pregunta: develar o no develar un secreto, corriendo el riesgo de quedar atrapado en una sin salida. Para salir de este entrampamiento el analista propone un escenario para reflexionar acerca de las motivaciones que llevaron a la emergencia del secreto, a la necesidad de mantener un significado oculto y a las consecuencias imaginarias o reales que su develación ocasionaría. Por último analizar el timing y el setting propicio para hacerlo.

 

COMENTARIO FINAL

Hemos insistido en la importancia de analizar las necesidades inconscientes que llevan a encubrir o a develar lo que hasta ahora ha permanecido oculto. Es desde este análisis que podremos aproximarnos a la comprensión y al manejo clínico de situaciones altamente complejas.

Quedan otros interrogantes para posteriores investigaciones. ¿Hay secretos válidos?,¿Son los secretos siempre síntoma?,¿Cuál es la relación entre el secreto y el síntoma?,¿Cuál es la especificidad de los secretos desde las distintas estructuras vinculares?, de acuerdo a la realidad que se quiere silenciar ¿podemos hablar de diferentes tipos de secreto?.

 

RESUMEN

 

Definimos el secreto como un ocultamiento consciente de una realidad que produce una herida narcisista.

El secreto emerge como un mecanismo que se apuntala en los tres espacios psíquicos: lo intrasubjetivo – hace referencia a la herida narcisista-, lo intersubjetivo – a los ideales familiares-, y lo transubjetivo – lo relacionamos con transgresiones que amenazan la pertenencia social del sujeto.

El secreto pretende sostener un ideal familiar narcisista, que relacionamos con el mito familiar. Encubre la ruptura del contrato narcisista, como defensa frente a las ansiedades generadas por la develación del mismo.

Analizamos el lugar del analista frente a los secretos propuestos en la trama vincular como una situación paradojal. Su función será proponer un escenario para pensar las motivaciones inconscientes que han llevado a la emergencia del secreto y al sostenimiento del mismo.

 

 

NOTAS

* Trabajo presentado en las III Jornadas Nacionales “Teoría y Clínica Vincular Psicoanalítica. Año 2000” Buenos Aires, Junio de 2000.

[1] Psicóloga Clínica Miembro Titular, Corresponsal en Colombia de la AAPPG. Carrera 5 No. 92 A-61 Apartamento 101. Teléfono 6218448. Santafe de Bogotá. Colombia. E-Mail: gsoler@latino.net.co

[2] Psicóloga Clínica. Master en psicología comunitaria.

[3] Psicoterapeuta familiar.

[4] Agradecemos al grupo de discusión por sus aportes y comentarios: Adelaida Bravo, Carolina Tejada, Elsa Mantilla de Mejía, Luz Emilia Guerrero y Martha Lucía Aristizabal.

[1] Alarcón, M., Gallego, L. , Gutierrez M. “El Secreto como Función de Poder en las Terapias Vinculares” Congreso de Flapag, Buenos Aires, 1997

[2] La práctica de la terapia familiar nos conduce a discernir mejor y delimitar tres espacios superpuestos jerárquicamente, articulados uno con el otro: lo íntimo, lo público y lo privado. En un polo, lo íntimo es el espacio intrapsíquico del sujeto, aquel de “lo que hace a sí mismo” en el cual se aplica el derecho al secreto, implícito en la expresión “jardín secreto”. Incluso es aún el derecho a la mentira, espacio cuyo límite es del mismo orden del yo y el del cuerpo. En el otro polo, lo público, espacio de sociedad donde las tramas y las reglas deben ser conocidas y aprehendidas en transparencia.Entre ambos, lo privado, homomórfico con el espacio transicional: es el espacio de la familia y por extensión el de la vida grupal y asociativa: un espacio regido por la discreción. Es el espacio donde se producen los intercambios entre lo público y lo íntimo , donde se regulan los antagonismos entre el socius y el sujeto. La terapia familiar psiconalítica sitúa un dispositivo que condensa estos tres espacios: privado, público e íntimo y que por lo tanto va a revelar el estado de sus regulaciones recíprocas, de sus contradicciones, de sus clivajes y de sus confusiones, así como la forma en que funcionan sus límites. (André Carrel “Lo íntimo, lo privado y lo público” Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Tomo XVI, 1993)

[3] Institución Tavistock, Pincus Lily- Idare Christopher. Secretos en la Familia 1978. Santiago de Chile.

[4] Puget, J. Y Wender “La vida secreta de los secretos” Revista AAPPG, XVI, 1993.

[5] Losso, R. et al. “Modalidades del Procesamiento de los Duelos a lo largo de las Generaciones” Esta fractura en la simbolización actúa en la primera generación como “lo no decible”, refiriendose a aquello que se ha vivido o presenciado pero de lo cual no se puede hablar. En la siguiente generación este significado clivado se transforma en “innombrable” y en la tercera generación se transforma en “impensable”, surgiendo muchas veces en conductas bizarras.

[6] Isidoro Berenstein también aborda esta temática en su libro Psicoanálisis de la Estructura Familiar, Cap. 5 “Acerca de la transmisión de los significados a través de la estructura familiar”. Paidos. 1981.

[7] Alarcón, M. “Secuestro, Conflicto de pertenencia y Espacio terapéutico:un cuestionamiento al ideal de práctica clínica”. Revista AAPPG, 2000

[8] “Es en definitiva la intolerancia al cambio, tanto del yo como del objeto, la principal característica del dolor psíquico. Esto se debe a que el cambio atenta contra la permanencia y la perennidad de la organización narcisista unitaria, así en el espacio como en el tiempo.” Green A. Narcisismo de vida, Narcisismo de Muerte. Amorrortu Editores, 1993

[9] Mircea Eliade en su libro Mito y Realidad (l991) nos dice que el mito designa una historia que es verdadera en tanto sagrada, ejemplar y significativa. Su función es la de justificar y presentar el modelo de los comportamientos y actividades más importantes del hombre y su grupo social. Se referiere a los orígenes, a lo primordial, elementos que hacen que el hombre sea lo que es hoy- un ser sexuado, organizado en sociedad, que debe trabajar y seguir una serie de reglas-. Lo mítico tiene que ver con la existencia del hombre y su modo de existir.

[10] Rojas, M.C. piensa los mitos familiares como “ relatos encubridores y al mismo tiempo como vias de acceso a la verdad inconsciente”. (l997) y Berenstein propone a los mitos como integrantes del conjunto fantasmático familiar. Los mitos familiares atraviesan el tiempo familiar y se constituyen a veces en verdades incuestionables, cuyo cuestionamiento genera sufrimiento familiar. (Mito de los Origenes, Silva y Carrasco, Diccionario de Configuraciones Vinculares l998) .

Andolfi M. y Angelo C. En su libro Tiempo y Mito en la psicoterapia Familiar, dedican un capítulo al tema. “Una de las características del mito parece ser justamente la de situarse en una zona intermedia donde la realidad y la historia se mezclan con la fantasía para crear nuevas situaciones en las que los elementos originarios son arbitrariamente utilizados y unidos entre sí….En cualquier relación se llega a crear un mito, ya sea antes o después, por el hecho de que en toda relación queda un margen de ambigüedad, de inexpresado, en el que los huecos de información en el proceso de construcción del vínculo y del conocimiento mutuo son llenados mediante la formación de estereotipos que tratan de inducir a los participantes a comportamientos específicos, funcionales para el mantenimiento del vínculo”.

[11] Lacan J. En su artículo “La verdad surge de la equivocación” –Libro 1 Escritos técnicos de Freud. Parte de la palabra, en tanto camino para la emergencia de sentidos. Hasta que la verdad no esté totalmente develada se propaga en forma de error y contradicción. Por esto, quien dice una mentira, trata de sostener un significado en medio de una red de significaciones que le contradicen.

[12] Según Janine Puget (Violencia social transgresora-1993), podemos señalar dos organizadores fundamentales, uno se refiere al respeto por la vida en su sentido más estricto y por las diferencias entre los seres humanos, en su sentido más amplio, es el organizador No matarás. El segundo organizador se relaciona con el respeto a la propiedad ajena, No robarás.

[13] “El sentimiento de pertenencia se basa en la necesidad de estar incluido en un vínculo que opera como sostén frente a la vivencia de inermidad e indefensión del individuo… Pertenecer es sentirse sostenido-sujetado, da permanencia y estabilidad. La necesidad de pertenecer a un vínculo es inherente a la condición de ser. …“La pertenencia tiene que ver con una apropiación del sujeto de un espacio teóricamente existente, de un lugar, y es dado o confirmado por un otro o un conjunto”.Puget J, “En búsqueda de un reconocedor privilegiado” 1993

[14] Didier Anzieu, “La Transferencia Paradojica : De la comunicación paradójica a la reacción terapéutica negativa”.

[15] Entendemos por develación la explicitación del contenido del secreto, pero su develación no rompe la estructura inconsciente del secretear. A veces en aras de la verdad se develan secretos con un timing poco propicio, tomando una característica más evacuativa y donde la develación irrumpe violentamente.

 

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