Narcocontexto y contexto terapéutico

Alarcón de Soler Myriam*

Luisa Ospina de Támara**                                     

Liliana Figueroa***

Maggie Gutierrez de Salamanca****

                                                                     “Amamos las cadenas, los amos, las seguridades,,

                                                                                             porque nos evitan la angustia de la razón”.

                                                                                           Estanislao Zuleta, Elogio de la Dificultad.

INTRODUCCION

El contexto en el cual cada terapeuta ejerce su función es idiosincrásico. El objetivo de esta reflexión es intentar dilucidar cómo incide el fenómeno del narcotráfico en nuestro quehacer terapéutico. Partimos de la siguiente pregunta: ¿Cómo se instaura y de que forma emerge el Narcocontexto en la relación vincular Analista- Paciente?

Para responderla, consideramos útil, en primer término, contextualizar este fenómeno, centrándonos en algunos elementos históricos y sociales de tal manera que hemos sido un terreno fértil para la emergencia y difusión del narcotráfico.

En segundo lugar, nos hemos planteado el narcocontexto como una forma de violencia social, violencia que ha producido en los estamentos sociales fenómenos de alienación con consecuencias diversas.

En tercer lugar, este trabajo describe algunas de las vicisitudes del contexto terapéutico atravesado por lo que hemos denominado el narcocontexto.

Por último, hemos incluido algunos ejemplos clínicos que ilustran la problemática propuesta.

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  1. NARCOCONTEXTO: CONTEXTUALIZACION

¿Cuáles son los elementos constitutivos y constituyentes que desde nuestra historia nacional nos hace propicios para el narcotráfico, propicios para la violencia, propicios para los extremos de amor y de odio y además y por sobre todo cortos de memoria?

Este recuento histórico no está pensado como recolección de datos, más bien como una recolección de vivencias,que pretende describir de una realidad transubjetiva la cual queremos transmitir.

El narcotráfico: realidad dentro de un contexto más universal

Colombia se encuentra en el vórtice de un torbellino de fuerzas encontradas donde convergen factores de órden histórico y factores actuales, factores económicos determinados por intereses de los grandes capitales y factores socioculturales, entre los cuales el más importante es, a nuestro juicio, la crisis de valores propio de las sociedades occidentales.

Las relaciones humanas han sufrido una alteración profunda en los últimos tiempos. El Ser ha sido suplantado por el Tener. El éxito ha sido propuesto como ideal social, para lo cual el dinero es la vía de acceso más rápida, dinero que permite obtener satisfacciones inmediatas.Este inmediatismo parece llenar ilusoriamente el vacio vincular dejado por relaciones futiles, hetereas, funcionales. (Restrepo, L. C. Conferencia sobre Farmacodependencia, U. J.,Mayo, l995).

El consumo propone un ideal de facilidad y de felicidad. La consecuencia es un ser humano que busca la felicidad en los bienes materiales y la facilidad en todos los órdenes, un ser humano cada vez más aislado,más confuso, cuyas relaciones familiares y personales son cada vez más insatisfactorias. Una salida que lleva a ocultar este vacio afectivo la proporcionan los psicoevasores… La droga es uno de ellos; otros son el éxito, la riqueza, el consumismo sin límites.

Los paises productores de droga hemos quedado propuestos en el lugar de corruptores de sociedades más evolucionadas a quienes les vendemos la droga que los daña. Pero como en toda realidad estructural somos el chivo expiatorio , el síntoma de una realidad sumamente compleja. Los intereses económicos alrededor de este problema son inmensos y trascienden el objetivo de este trabajo. Sin embargo, este es uno de los factores condicionantes de mayor relevancia en la contextualización del

auge actual del narcotráfico.

El narcotráfico y el contexto social e histórico en Colombia

A esta realidad actual se agregan factores que proveen un marco histórico que sirve de caldo de cultivo para la emergencia de esta situación en nuestro pais.

La tragedia de narcotráfico en Colombia tiene una larga historia apuntalada en un pasado histórico marcado por la violencia.

La violencia y el mestizaje impuestos por el conquistador dejaron como secuela una disociación en nuestra identidad , un rechazo a nuestras raices indígenas y negras, una necesidad de aparecer como más blancos en un pais donde todos somos producto del mestizaje.

Esta polaridad asimétrica constitutiva de nuestra historia entre el indígena sometido y despojado y el conquistador sometedor violento y arbitrario, acallada para la reflexión, continúa teniendo sus efectos en forma de violencia.

Como dice García Marquez:”.. Cinco siglos después los descendientes de ambos (nativos y españoles) seguimos sin saber quiénes somos.” … Nuestra insignia es la desmesura, en lo bueno y en lo malo…En cada uno de nosotros cohabitan, de la manera más arbitraria, la justicia y la impunidad, somos fanáticos del legalismo, pero llevamos bien despierto en el alma un leguleyo de mano maestra para burlar las leyes sin violarlas, o para violarlas sin castigo… Somos capaces de los actos más nobles y de los más abyectos...” (Informe a la Comisión de Sabios, l994).

La Violencia Actual

A partir de la Conquista la violencia en Colombia ha tomado formas diversas; sin embargo, en la última década se ha desatado un clima de violencia sin límites. Violencia que no tiene tiempo ni lugar, que invade todos los estamentos sociales y todos los espacios del quehacer cotididiano. Violencia que ha tomado formas diversas: familiar, social, política, económica,narcotráfico,guerrilla, delincuencia común, secuestro, grupos paramilitares, desinformación o información perversa por parte de los medios de comunicación y del Estado. La violencia se ha convertido en un fenómeno cultural cotidiano.

En la década de los ochenta estalló la violencia desatada por el narcotráfico. En los últimos seis años hemos visto morir candidatos presidenciales, jueces, periodistas, magistrados; hemos sido testigos de la violencia descarnada hacia la población civil en forma de bombas imprevisibles en los centros comerciales, en instituciones civiles y del Estado, en las calles de nuestras ciudades principales; hemos enmudecido de horror ante la noticia del estallido de un avión comercial transportando ciudadanos indefensos con el objetivo de presionar la no inclusión de la extradición de los narcotraficantes . Y en las últimas semanas hemos experimentado el efecto devastador y siniestro de la corrupción generada por el narcotráfico en los estamentos sociales y políticos, incluyendo el alto gobierno.

Narcotráfico y los Ideales Sociales

El narcotráfico ha tenido un efecto altamente distorsionador a nivel económico, sociocultural y axiológico.

Las secuelas dejadas por la violencia histórica y los factores socioculturales actuales han dado como resultado una cultura donde circula el dinero fácil, la doble moral, el arribismo social, la perversión política y junto con esto el deterioro de los valores fundamentales relativos al valor de la vida humana y de los vínculos. Hoy, algunos de los aspectos marginados de nuestra identidad, surgen como valores imperantes. Aquello prohibido y repudiado está presente a la luz pública.

Hace unos días el escritor Hector Abad presentó una ponencia sobre “Estética Y Narcotráfico”. Decía así:”Se ha concebido al mafioso como un cuerpo extraño y maligno incrustado en una sociedad sana. También se ha creído que el narcotraficante es el que aporta el mal gusto a una cultura con austeros y decorosos valores estéticos. Ambas ideas son falsas. Si la visión del mundo corrupta y criminal del mafioso ha prendido tan bien en nuestras tierras, si su gesto es imitado por todas las capas sociales, es porque el terreno ético y estético estaba aquí abonado para que su moral y su gusto pelecharan… En el hecho de que tienen lo que otros secretamente desean, radica la clave de su éxito. Por eso han sido admirados y tan mal perseguidos…”(El Tiempo, l995).

Como sujetos nos sentimos inermes frente a una realidad violenta, una de cuyas manifestaciones cotidianas es el lenguaje cargado de expresiones teñidas de muerte, lenguaje que horroriza y al mismo tiempo desensibiliza. Como ciudadanos estamos involucrados en todo este engranaje. Como analistas hemos querido crear un espacio desde donde pensar esta dinámica de la cual formamos parte.

 

  1. NARCOCONTEXTO COMO UNA FORMA DE VIOLENCIA: HACIA UNA CONCEPTUALIZACION

En el corte diacrónico y actual del fenómeno del narcotráfico emerge como significante la violencia y la trasgresión de la ley y el orden. Esta ley de la cual habla García Marquez como una ley para ser burlada. El mestizaje ocasionó un odio ancestral a la ley impuesta por el conquistador, lo que provoca la imposición de la ley para ser inmediatamente burlada:”Hecha la ley, hecha la trampa”. Nos sentimos pues inermes frente a un Estado que no cuida, que no puede ejercer un orden, un límite cuidadoso, que ha perdido su credibilidad. El individuo se siente sin raices, sin pertenencia y sin continencia. Sentimos que los estamentos que constituyen el Estado están viciados, están corrompidos por el narcotráfico entre otras cosas.

Si consideramos el narcotráfico como el síntoma, como el indicador de una dinámica social, observamos que el significante que circula en la actualidad es la trasgresión; lo que se sostiene en el discurso, se desmiente desde los hechos. El malestar del sujeto inmerso en esta cultura proviene de la sensación de falta de orden, de falta de ley,de falta de referentes, se ha perdido la confiabilidad.

Hemos descrito esta cultura como caracterizada por una ley aparente,emergente de la circulación de dos fuerzas simultaneas y contradictorias: por un lado el deseo, y por otra , el orden, de tal manera que.. ” el tabú del incesto y la amenaza de castración están presentes como enunciado pero su significado suprimido en un estado que podría denominarse burlado”.(Berenstein,I.Psicoanalizar una Familia, l990 ).Estos dos ordenes simultáneos y contradictorios han abonado el terreno para que fenómenos del orden de lo perverso, como el narcotráfico, hayan prosperado, convirtiendose así en una realidad constitutiva y constituyente de nuestro pais.

Esta falla en la función continente y ordenadora del Estado genera un clima propicio para la alienación. Ante el desamparo y las angustias de muerte generadas por el clima de violencia actual, buscamos refugio en cualquier discurso o estamento que provea, aun ilusoriamente, un resguardo posible.

Si pensamos la alienación[1]* como un intento desde nuestra subjetividad de silenciar el desamparo ante una realidad transubjetiva que ha perdido su capacidad continente nos encontraríamos frente a dos polos fenomenológicos que la enmascaran.De un lado está un pueblo que entrega el ejercicio de la ley a los estamentos superiores en un intento por no pensar, -con las consecuentes polaridades de autoritarismo y dependencia-y simultáneamente, en el otro, estaría el narcotráfico que con su supuesto poder y permanente desafío nos fascina.[2]*

La fascinación y el discurso autoritario ante el narcotráfico son manifestaciones de alienación.

Se plantea el narcotráfico como un mal ajeno a nosotros o como una solución mesianica , un poder omnipotente e incuestionable.

Consideramos la fascinación como una extrema idealización. Remite a una parálisis mediante la cual el sujeto queda inmóvil frente a un despliegue de poder que le impide pensar. Esta fascinación se dá frente al narcotráfico y sus manifestaciones. Es el producto de una alienación ante ideales sociales hegemónicos basados en la riqueza y el poder. Fascinación ante un Ideal perverso que propone como salida lo inmediato lo fácil, lo mágico, lo omnipotente, donde el Otro desaparece como realidad y el Yo queda propuesto como el único polo de satisfacción.

La fascinación , con su componente de idealización , propone la construccion de una imagen anhelada que promete una felicidad espúrea, mítica y fetichizada por la sociedad de consumo. Esta fascinación se da tanto a nivel transubjetivo como a nivel inter e intrasubjetivo.

A nivel intra e intersubjetivo la fascinación opera alterando la cualidad de los vínculos. La frustración generada por el desfasaje entre los ideales propuestos por la sociedad y la realidad cotidiana hacen que el individuo anhele permanentemente metas irreales e inalcanzables, una propuesta que se enlaza a nivel intrasubjetivo con el desamparo originario y la necesidad narcisista de completud.

Por otra parte,observamos el autoritarismo y las posturas moralizadoras, cargadas de convicciones como manifestaciones de la alienación. La dinámica que sostiene estas posturas es la necesidad de anular las diferencias.El pensamiento del otro puesto que es diferente nos amenaza.

En el fondo se busca un ideal de fusión donde todos seamos iguales, donde todos pensemos igual, donde no haya crítica ni necesidad de pensar por sí mismo. Nuestro saber se constituye como la única lectura posible de la realidad. Todo aquel que difiera es considerado enemigo y por lo tanto debe ser destruído o excluido.

El análisis anterior nos llevó a postular el Narcocontexto, como el conjunto de representaciones transubjetivas que nos marcan como sujetos de una realidad social, el narcotráfico, de la cual somos parte. Planteamos que el narcocontexto constituye una forma de violencia social, sustentado en funcionamientos perversos, que produce en el sujeto alteraciones en su capacidad de pensar que podrían ser comprendidos como alienación. Afirmamos que el narcontexto es una realidad constitutiva y constituyente que conlleva una denegación del sufrimiento y de lo tanático que esta realidad provoca.

La violencia social determinada por lo que hemos denominado narcocontexto genera vivencias que son dificilmentemente semantizables. Las manifestaciones de estas vivencias pueden ser fenómenos tales como la confusión, la sensación de inermidad, de falta de límites, la insensibilización ante ciertos fenómenos. Encontramos que las manifestaciones más frecuentes frente a estas vivencias son el autoritarismo por un lado, y por otro la fascinación.

Ante el horror del narcoterrorismo, de su violencia planeada y pensada con intención precisa, nos preguntamos si uno de sus efectos es el de crear en el inconsciente colectivo un efecto de alianza con el poder siniestro del narcotráfico. Ante tanta violencia cada uno de nosotros desea el cese de la violencia a cualquier precio, intento desde nuestra subjetividad de silenciar nuestro desamparo ante una realidad traumática. Paradójicamente,el ideal de felicidad caracterizado por el Tener,y no por el Ser, emerge como propuesta ante lo tanático. La consecuencia es la alienación.

 

  1. NARCOCONTEXTO Y CONTEXTO TERAPEUTICO

En cuanto al abordaje terapéutico de esta problemática surge entonces como realidad ineludible que el saber científico y la práctica que lo constituyen no son universales ni atemporales, sino que están atravesados por la realidad multidimensional del sujeto, en este caso del analista.

En el contexto terapéutico se reedita desde la contratransferencia la misma realidad alienante del macrocontexto. Al estar el terapeuta inmerso al igual que el paciente en un medio impregnado por funcionamientos perversos, el terapeuta asiste impotente a la magia del poder del protagonista, en este caso, el paciente. Alienación que se manifiesta en la fascinación por un lado y por el otro en certezas moralizadoras. Ambas manifestaciones que encubren el deseo de no pensar, conllevan un intento de abolir el conflicto.

El lugar del terapeuta queda designado como aquel frente al cual se despliega una función de magia, una escena engañosa caracterizada por una completud que fascina, frente a la cual el terapeuta queda como el que mira, y valida mirando, esta escena. Cual mercader de ilusiones, que entrampa al terapeuta,el Otro le promete que puede todo, que tiene todo, que accede a todo.

La demanda del paciente con funcionamientos perversos no es de saber, es que el terapeuta valide el placer que le proporciona el tener el control de la situación terapéutica. No desea acceder al saber que implica asumir su incompletud, sino que promueve el engaño de una falsa completud, una fascinación ante el poder, el dinero, el éxito. El despliegue de esta dinámica pretende atrapar al otro en un juego de poder que parece no tener salida.

Esta fascinación invade el campo terapéutico y maquilla la realidad de lo tanático, del alto riesgo de muerte que con frecuencia impera en algunos relatos traidos por pacientes relacionados con el narcotráfico.

La fascinación es paralizante. Se reedita desde la contratransferencia el deseo es poder ya que paciente y analista son partícipes de una misma realidad transubjetiva que aliena al sujeto, que impide pensar, que promete evitar el conflicto de confrontar una realidad dolorosa, cargada de significantes de muerte, de violencia, de transgresión. Paciente y analista quedan subsumidos en una dinámica confusa , fascinante que encubre lo tanático.

En el espacio terapéutico, el analista tiende a ubicarse bien desde su misma fascinación en el lugar de espectador, de un espectador impotente y voyeur, o bien en el lugar de la ley tratando de moralizar desde un discurso defensivo racional, que tendería a denegar la ambiguedad de sus propios núcleos perversos.

 

Alguna salida?

La toma de distancia, la revisión de casos clínicos, la discusión grupal, la ampliación de la consciencia hacia la presencia de estos fenómenos, permite el desentrampamiento de la fascinación y la develación de lo tanático y de lo trasgresivo, rompiendo así este circuito atrapante que desde la contratransferencia genera fascinación voyeurista y parálisis.

Al hacer una lectura retrospectiva de nuestro proceso como grupo de investigación se vislumbra claramente como la construcción oral y escrita de este trabajo pasó por todo el proceso que hoy podemos semantizar para entender esta fenómeno. Inicialmente tuvimos la necesidad de compartir anécdotas, relatos clínicos y cotidianos relacionados con el narcotráfico, donde predominaba la exhuberancia de poder, viajes, fiestas exóticas o relatos de riesgo que semejaban películas de ficción y terror; aquí nos ubicabamos como espectadores ante una función donde se confundían la magia y el poder. Paralelamente a esto, intentabamos recuperar nuestra capacidad de pensar y nos ubicábamos en el polo contrario donde asumiamos el lugar de moralizadores desde una posición autoritaria y cargada de convicciones.

En la medida en que fuimos capaces de desenmascarar los sentimientos que nos invadían tales como la complicidad, la impotencia, la evitación, la negación, la parálisis, nos encontramos frente a lo que con tanta prolijidad encubría la fascinación: lo tanático. Esto nos ubicaba en una postura diferente, esta vez màs primaria, manifestada a veces en malestar somático.

El contactar los funcionamientos perversos, el sufrimiento que encubren y poder ver a traves de ellos nuestra propia alienación como producto de una dinámica semejante, nos permitió desmontar el aparato defensivo, recuperar un espacio para la reflexión.Es así como el fenómeno aparece decatectizado y el terapeuta, por un tiempo inmerso en el orbitaje de los funcionamientos perversos, recupera su capacidad de interpretación. En último término, el analista toma distancia de la fascinación y de las certezas moralizadoras. Libre así del hechizo de lo perverso y de la parálisis de lo tanático, puede proveer un espacio para la reflexión, la curiosidad, el impulso epistemofílico, el contacto con el sufrimiento, etc., rompiendo así el circulo alienante y dando lugar al cambio.

 

  1. EL NARCOCONTEXTO Y LA CLINICA

Nuestro trabajo partió en principio de algunas situaciones clínicas traumáticas en las cuales habímos trabajado como terapeutas de sujetos relacionados de una u otra manera con el narcotráfico. Si bien ninguna de nosotras ha trabajado directamente con narcotraficantes en acción presente, si han llegado a nuestra consulta personas que han estado vinculados con esta actividad como mulas, pilotos, abogados, viudas o familiares. Poco a poco nos dimos cuenta que también habíamos trabajado con pacientes que representarían el otro polo: pacientes víctimas de atentados terroristas, secuestros, o bien, pacientes farmacodependientes. Víctimas y victimarios no son polaridades claras en esta situación. No se puede trazar una línea divisoria que nos alivie de una realidad traumática que a todos nos cobija.

Los siguientes ejemplos clínicos han sido descritos para ilustrar el impacto transferencial del cual nos hemos ocupado en este trabajo.

 

PRIMER EJEMPLO

Solicita consulta una mujer, Teresa, de 36 años. Llama por su hijo Ivan, de 14 años, a quien ha descubierto tratando de vender un billete de $100 dólares falsos, en complicidad con el conductor de la familia. Asisten a a la consulta la madre y el hijo.

La madre relata que es viuda, que a su marido lo mataron hace dos años en Miami, donde el manejaba algunos negocios de “otras personas”. Ivan no comparte la preocupación de su madre por el incidente de los dólares. Le parece que si puede encontrar un comprador, lo importante es no dejarse “pescar”. Por lo demás “esto no tiene nada de particular. Lo que importa en la vida es hacer dinero, lo demás no cuenta”. La T se sintió invadida por una gran impotencia. Su lugar es ayudar a pensar, no moralizar. La palabra no encontró un lugar posible para significar.

Posteriormente, la madre solicita a la T que atienda a su hija, Marina, de 22 años. Marina asiste a terapia durante tres meses, hasta que esta se interrumpe por un viaje a Europa. Es una joven inteligente, bonita y elegante, que contrasta con el arreglo recargado y ordinario de la madre. Es una excelente estudiante de una Universidad reconocida y trata de sobresalir por sus propios medios. Impacta en el material su conducta sexual promiscua desde muy temprana edad, y varios abortos, desconocidos por la madre. Su padre la manoseaba y se masturbaba contra ella, en presencia de la madre, quien no se daba por enterada. La T experimenta impacto ante estas descripciones, rabia hacia la madre complice y el padre abusivo.

En esta estructura familiar , de claro corte perverso, convergen elementos de la realidad del narcocontexto. La actitud de Ivan respecto al dinero no solamente surge de esta particular dinámica familiar, sino que al mismo tiempo es representante de una realidad transubjetiva cuyos valores imperantes se relacionan con la importancia del dinero. La conducta transgresora del padre a nivel social se manifiesta también en la familia, en la conducta de abuso sexual con la hija mayor, y la complicidad de la madre. En este tipo de familias, la mujer está dispuesta a tolerar maltrato, a no ver, para poder disfrutar de los beneficios económicos del negocio ilícito. Alienada frente al poder del dinero está dispuesta a “no ver” las conductas del marido, para preservar una ilusión de seguridad. El padre es propuesto para Ivan como la encarnación de un modelo identificatorio marcado por ideales sociales perversos. El dinero pretende encubrir así el profundo desamparo de esta familia.

Desde la contratransferencia destacamos algunos aspectos. En primer lugar la T queda invadida por la sensación de que la única salida para trabajar con Ivan es el reconocimiento por parte de los pacientes de la transgresión. Si Ivan no acepta la trasgresión de la ley no es posible analizar. Pero precisamente este es el síntoma.

Frente a las conductas cómplices de la madre y abusivas del padre la T experimenta fastidio, rabia. En el fondo, desde una posición defensiva moralizadora ubica a estos pacientes como “malos”, posición que le dificulta leer estas conductas como un síntoma de una estructura signada por la trasgresión y por la alienación, inmerso en un narcocontexto donde la transgresión se ha tornado egosintónica.

 

SEGUNDO EJEMPLO

Enrique y Susana son remitidos a terapia de pareja. Han asistido previamente a terapia en una institución para pacientes adictos. Enrique ha consumido coca y alcohol. Actualmente no consume. Es el segundo matrimonio de ambos y viven juntos con todos sus hijos. El menor de los hijos de él, Pepe, de 11 años, le ha robado discos a los vecinos. El mayor de los hijos de Enrique, Ricky, de 14 años, tiene problemas de rendimiento escolar y a veces toma trago. La hija de Susana, Nana, de 9 , no presenta sintomas. En la actualidad, Enrique tiene una agencia de carros y Susana hace cerámica. Enrique cuenta que antes tuvo “algunos negocios, lavando dólares”. Estuvo en situaciones de riesgo que describe con mucho detalle. La T se siente invadida por una gran curiosidad, y fascinada ante algunos de los relatos de Enrique. El primer marido de Susana tiene fincas en las cuales ella cree que el cultiva “algo”. La primera mujer de Enrique, Magda, se fué con su mejor amigo y lo dejó con sus hijos muy pequeños. Ahora el marido de Magda está preso en los Estados Unidos por narcotráfico.

En algún momento del tratamiento Magda solicita una consulta, puesto que está preocupada por sus hijos. Viene vestida ostentosamente,cargada de joyas y maquillaje. La T se siente un poco descolocada por su atuendo.

En algún otro momento de la terapia, viene a consulta el primer marido de Susana, Armando, con su hija , Nana. La T se siente invadida por la sensación contratransferencial de que Armando molesta sexualmente a Nana, aún cuando no tiene ninguna prueba de esto.

Este ejemplo muestra a nivel de estructura familiar los vínculos lábiles, sustituidos por otros,donde los acuerdos inconscientes están sostenidos por la necesidad de satisfacción inmediata.

La contratransferencia en este ejemplo está caracterizada fundamentalmente por la fascinción. Esta fascinación envuelve el campo terapéutico de tal manera que en ocasiones la terapeuta siente que asiste a un relato de suspenso. Esta fascinación defensiva le permite excluir lo tanático , el riesgo de muerte real que la actividad de Enrique contenía. Fascina el poder, el riesgo y la burla a la muerte inherentes a este relato.

 

Hasta aquí los ejemplos. Hemos querido mostrar el impacto contratransferencial en el terapeuta desde los diferentes espacios propuestos. La violencia en el espacio intersubjetivo es, al igual que la violencia en el espacio transubjetivo, egosintónico. El lugar del terapeuta está atravesado por contratransferencias masivas que dificultan su función interpretativa. Con frecuencia se experimenta la necesidad de denunciar, no de analizar. Sorpresa, temor, desafío, rabia, fascinación, impotencia,crítica, son algunos de los sentimientos que van desfilando dentro del terapeuta en la búsqueda de palabras que los signifiquen y los decodifique.

En principio estos ejemplos muestran una gama del espectro social relacionados con el narcotráfico. En último término lo que hemos descubierto con el trabajo grupal es que muchas de estas conductas no son tan ajenas como quisieramos pensar de una realidad estructural que a todos nos determina.

RESUMEN

El contexto en el cual cada terapeuta ejerce su función es idiosincrásico. El objetivo de esta reflexión es intentar dilucidar qué espacio ocupa la violencia del narcotráfico en el quehacer terapéutico de nosotros como analistas en la última década en Colombia. Nos planteamos la siguiente pregunta: ¿ Cómo se instaura el fenómeno del Narcocontexto en la relación vincular Analista – Paciente?

Hemos optado por denominar Narcocontexto “al conjunto de representaciones transubjetivas que nos marcan como sujetos de una realidad social, el narcotráfico, de la cual somos parte”.

Compartimos con nuestros pacientes una misma realidad transubjetiva, atravesada por funcionamientos perversos ante los cuales aparece la fascinación por el lado,y por el otro el autoritarismo. Fascinación y autoritarismo son manifestaciones de la alienación ,posición defensiva ante la violencia ejercida por el narcocontexto.

En el contexto terapéutico se reedita desde la contratransferencia esta misma realidad del narcocontexto. El terapeuta asiste fascinado a una puesta en escena de la magia del deseo es poder o invadido por la parálisis ante el despliegue y denegación de lo tanático.

 

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Zuleta. E.”Elogio de la Dificultad” .Sobre Idealización en la Vida Personal y Colectiva. Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura, l985.

  • Trabajo Presentado en el Congreso Internacional de Psicoterapia de Grupos, Buenos Aires, l995

** Psicóloga Clínica, Asociación Colombiana de Psicoterapia Vincular.

*** Psicóloga.

**** Psicóloga.

[1]*Alienación: Es definida por Piera Aulagnier “como un destino del Yo y de la actividad de pensar, cuya meta es tender hacia un estado aconflictivo, abolir todas las causas de conflicto entre el identificante y el identificado, pero también entre el Yo y sus ideales, lo que equivale a esperar la abolición de todo conflicto entre el Yo, sus deseos y los deseos del Yo de los otros catectizados por él…. La alienación propone la reducción mínima del conflicto y del sufrimiento psíquico que resulta para el yo” (Aulagnier, P. Los Destinos del Placer).

 

[2]*Fascinación: El Diccionario de la Real Academia de la Lengua lo define como: “Engaño o alucinación”. Fascinar: hacer mal de ojo. Engañar. Alucinar. Ofuscar”.

 

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