Transformaciones, Algunas Reflexiones Acerca del Proceso Terapéutico

TRANSFORMACIONES: ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DEL PROCESO TERAPEUTICO 

MYRIAM ALARCON DE SOLER

En este artículo deseo plantear algunas de las transformaciones que van apareciendo a lo largo de un proceso terapéutico de una pareja que nos permitirían hablar de una mejoría en la dinámica vincular. Esta formulación de transformaciones da cuenta de los cambios en la estructura vincular que van ejerciendo modificaciones en el intercambio de la pareja y también en la trama interfantasmática de la misma.

Tomamos aquí el concepto de “transformaciones” de Puget como “la búsqueda y encuentro de nuevas organizaciones en un constante estado de desequilibrio”.   (Puget, 1.990).

LA PROBLEMÁTICA INICIAL Y EL PROCESO TERAPÉUTICO

Hablar de proceso hace pensar en cambio, en modificaciones, en un tránsito de un estadio a otro. Pero como pensar el proceso psicoanalítico sin plantear como criterio únicamente la remisión del síntoma o del motivo de consulta?

Reconozco, por supuesto, la importancia de la problemática inicial, y se también que constituye uno de los referentes en el análisis posterior del proceso terapéutico y de las transformaciones ocurridas. Pero considero que el eje de éste proceso será la instalación de la función Psicoanalítica vincular, entendiéndose por tal una metodología de pensamiento, capaz de permitir una reflexión, significación, semantización y rehistorización de los conflictos, incluido por supuesto el motivo de consulta.

Dentro de este marco conceptual, la problemática inicial hace referencia y es comprendida dentro de una dinámica vincular inconsciente, con aspectos inter, intra y transubjetivos, y es desde allí que propondremos los elementos que servirán de parámetro acerca de la evolución favorable o desfavorable del proceso analítico.

La posibilidad de acceder a una ampliación de la comprensión del motivo de consulta, como un síntoma de una problemática más compleja, y que llega consigo motivaciones inconscientes, desconocidas por el paciente, la pareja o la familia, constituye en sí misma un primer logro del proceso terapéutico y un indicio de analizabilidad en relación con este enfoque terapéutico específico.

 

 

EL TIEMPO Y EL PROCESO TERAPÉUTICO

 

Un tratamiento psicoanalítico de pareja no tiene una duración específica, ni predeterminada. esto no significa que el análisis sea interminable. El eje de la tarea terapéutica se plantea como “pensar el vínculo”. El terapeuta, a manera de canalizador autorizado, semantiza y contiene las ansiedades vinculares. El proceso terapéutico va analizando conjuntamente con la pareja la dinámica vincular que despliega, para lo cual toma en cuenta la trama intrasubjetiva de cada uno de los cónyuges, la trama intersubjetiva, en referencia a la combinatoria particular que se establece y la trama transubjetiva en cuanto al despliegue vincular y personal dentro de un medio social con características propias.

 

El tiempo del proceso terapéutico queda pues determinado por el establecimiento de la función psicoanalítica vincular. En este punto resulta útil la conceptualización que Eliot Jaques respecto del tiempo: nos remitimos más al “tiempo de intención” o subjetivo y no el tiempo cronológico o convencional. Quiero decir con esto que en el espacio terapéutico la vivencia de tiempo subjetivo es especialmente importante, de tal manera que en una sola sesión se puede acceder a significaciones determinantes de transformaciones duraderas que en otro proceso tomarían más tiempo. Además esta vivencia de tiempo en cada pareja es diferente lo cual le imprime al proceso a su vez un ritmo particular, donde entran a jugar múltiples factores tales como la calidad del vínculo establecido con el terapeuta, la problemática actual, las resistencias y muchos otros. Una larga duración del análisis no significa necesariamente una mayor profundidad o calidad del trabajo terapéutico y viceversa.

La comprensión del tiempo de esta manera, permite al terapeuta postular su función como efectiva aún si la duración del tratamiento se reduce a unas pocas sesiones. El trabajo terapéutico continuará desde el inconsciente ejerciendo modificaciones, que pueden tener efectos posteriores.

 

PROCESO TERAPEUTICO

 

Los criterios de fin de análisis han sido motivo de muchos trabajos y diversas opiniones. Si éste no se ha encuadrado dentro de objetivos iniciales, definidos por ejemplo como supresión del síntoma hemos de recurrir a criterios de mejoría que tendrán que ser formulados de otra manera.

 

En algunos momentos del análisis, vividos por la pareja como tiempo de balance, momentos tales como el aniversario de boda, el aniversario de comienzo de la terapia, el final del año antes de las vacaciones, etc.., emerge el interrogante acerca de los logros alcanzados. No siempre es fácil definir que es lo que está mejor, tratándose de procesos tan complejos.

 

Mi intención en este trabajo es describir algunos de los aspectos que podríamos identificar como elementos para hablar de mejoría o de transformaciones en la dinámica vincular.

 

TRANSFORMACIONES EN EL PROCESO ANALITICO

 

Hablar de la transformación de la estructura vincular supone, como diría Berenstein, una modificación de una estructura de repetición para dar acceso a la significación: “si la repetición cede, deja lugar a la anticipación… La inclusión de los significados inconscientes de los vínculos opera al principio sobre una suerte de profecía autocumplida así como sobre las empobrecedoras explicaciones casuales, dando lugar a la predicción autocorregida surgiendo otros tipos de explicación. Como consecuencia comienzan a aparecer acontecimientos inevitables, no repetidos, para luego dar lugar a nuevos hechos”. (Berenstein, Psicoanalizar una familia, 1.990, pag. 53).

 

He tomado como eje el proceso terapéutico la instalación en el espacio vincular de la Función Psicoanalítica. Enumeré a continuación algunos de los aspectos observados:

 

  1. Se permite la revisión de los modelos identificatorios infantiles, la historia individual, los vínculos con los padres, la pareja de estos lo cual da una mayor comprensión acerca del funcionamiento vincular actual. Esto hace posible “aceptar” el pasado, con menos resentimiento o culpa; resignificar la propia historia y la de los padres dentro de una perspectiva donde ellos también fueron fruto de una historia identificatoria, abriendo así el camino a la reparación y a la disminución de las ansiedades persecutorias.

 

  1. Se amplía y reforma el motivo de consulta, significándolo dentro de una estructura casual compleja. Se acepta como posible una causalidad inconsciente determinante del sufrimiento.

 

  1. El análisis de los aspectos intrasubjetivos de los miembros de la pareja son muestra de las problemáticas individuales que ameritan algunas veces derivación a análisis individual.

 

  1. La profundización de los aspectos relativos a la masculinidad y femineidad permite la elaboración de la castración. La aceptación de que no se es todo ni se tiene todo, conlleva en nivel intrasubjetivo   a una mayor aceptación de sí mismo, de sus limitaciones y posibilidades.

 

La revisión de los roles sexuales y sus connotaciones dentro de una sociedad particular, posibilita la identificación de problemáticas derivadas y la revisión y/o aceptación del ejercicio particular de estos roles de acuerdo con modelos identificatorios personales y sociales.

 

  1. Se examinan los acuerdos narcisistas con el contexto social y su mayor o menor coincidencia del funcionamiento de la pareja con los estereotipos sociales y la influencia que estos aspectos tienen en la pareja. El analista de la inserción de una pareja en una sociedad con características particulares, por ejemplo cargada de violencia, permite la discriminación de los aspectos sociales que estimulan y gatillan determinadas problemáticas desde los aspectos inter e intra subjetivos.

 

  1. El clima transferencial cambia su cualidad, tornándose más reflexivo, más depresivo. Aparece el humor, como una mirada benevolente hacia las dificultades propias y ajenas. Las intervenciones del terapeuta surgen con mayor espontaneidad, tal vez porque percibe que serán aceptadas más fácilmente. Además la función del terapeuta se ha afirmado en su lugar de continente de las ansiedades vinculares entre la pareja.

 

  1. Las crisis pueden ser pensadas y resignificadas, lo cual permite una disminución de los reproches, de las explicaciones unicasuales. La masividad de la crisis vincular cede. Nuevas versiones acerca de esta pueden ser pensadas, rehistoriando la crisis y relacionándola con el pasado de la pareja y las historias de cada uno de los cónyuges. La participación de cada uno de los miembros de la pareja en la dinámica vincular aparece con mayor claridad.

 

  1. Se reformulan los acuerdos y pactos inconscientes permitiendo así la complementariedad o la identificación desde aspectos más creativos y enriquecedores.

 

  1. Renacen, crean o recrean los proyectos vinculares, la pareja recobra el placer de estar juntos pero tolera también el no estarlo. El proyecto vincular de ser pareja puede ser también transformado en no serlo, lo cual lleva a la separación. si no hay hijos, el vínculo matrimonial tenderá a disolverse, y si los hay el vínculo quedará vigente como pareja parental más no como pareja matrimonial.

 

  1. El vínculo de alianza se fortalece: El “nosotros” emerge en su característica de diferenciación de afuera, representado por las familias de origen. se delimita el vínculo de pareja y la noción de familia se centra en la pareja y sus hijos.

 

  1. Se delimita con mayor nitidez la superficie vincular, lo cual implica una clarificación en los lugares de la estructura de parentesco y en las funciones correspondientes. esto lleva por supuesto a que las funciones de marido, mujer, padre, madre, hijo, se ejerzan más apropiadamente.

 

  1. Diminuyen los malos entendidos, apareciendo una mayor discriminación entre el otro real y otro pensado. Hay mayor comprensión y aceptación de las propias dificultades y mayor comprensión de las dificultades del otro de la pareja. Es el paso del yo ideal al ideal del yo, buscando una mejoría en el vínculo, pero vislumbrando que la noción de vínculo sin conflicto es imposible. La resolución de los conflictos y la negación de estos, permitirá la emergencia de una relación vincular más compleja y satisfactoria.

 

  1. Los reproches indiscriminados, culpabilizantes e inmovilizadores se pueden transformar en reclamos. Esto abre una nueva salida para la reparación y el cambio.

 

  1. Emerge un lugar para las diferencias y la discriminación versus la fusión indiscriminada o la ruptura paranoide. Las diferencias podrán ser semantizadas como tales y rescatadas a veces como aspectos complementarios. Se discrimina un espacio compartido y compartible para la pareja, y un espacio para la realización y los proyectos individuales. Las exigencias de incondicionalidad desde las demandas mutuas del objeto único, se transforman en disponibilidad y ternura.

 

  1. El lugar del tercero ocupa un lugar virtual en el vínculo. La triangulación se transforma en terceridad ampliada. (Puget, 1.988).

 

  1. Por último, y como el eje más importante, el establecimiento de la función Psicoanalítica, entendiéndose por tal la capacidad de producir modificaciones en la organización vincular sin la ayuda del terapeuta . Esto implica un espacio propio, creativo, donde el lugar del analista como tercero discriminador comienza a ser prescindible.

 

Como toda enumeración esta puede resultar incompleta. No ha sido mi intención ser exhaustiva en este análisis, más bien he pensado estos aspectos como algunos de los puntos que pueden ser pensados por el analista y el paciente pareja en el complejo proceso terapéutico. Para algunas parejas su proceso de transformación termina donde para otras apenas comienza. Cada pareja es única y como tal diferente.

 

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BIBLIOGRAFIA

ALARCÓN, M. Y ALTARAZ, D.       “Función Psicoanalítica vincular y el modelo del laberinto”.

Para Rev. Texto y contexto,   unidades.

ALARCÓN, M. Y ALTARAZ, D.   “Finalización en el   tratamiento   Institucional   de parejas”,   1.987.

BERENSTEIN, I.   “Psicoanalizar una familia”. Ed. Paidos, 1.990.

JAQUES, ELLIOT.   “La forma del tiempo. Ed. Paidos.

PUGET, J. “Transformaciones en el proceso psicoanalítico de pareja”. 1.990.

 

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