Perspectiva Vincular en Psicoanálisis, Sociedad Colombiana de Psicoanalisis, 2006

LA PERSPECTIVA VINCULAR EN PSICOANALISIS[1]

Aportes de la Escuela de Isidoro Berenstein y Janine Puget en el abordaje de los vínculos

PSICOLOGA MYRIAM ALARCON DE SOLER 

Presentación Sociedad Colombiana de Psicoanálisis

Febrero 4, 2006

Introducción

El tema que nos ocupa hoy es la Perspectiva Vincular en Psicoanálisis: Aportes de Berenstein y Puget en el abordaje de los vínculos. Dentro de las limitaciones de tiempo, intentaré transmitirles, a vuelo de pájaro, algunos de los conceptos básicos del modelo teórico denominado en la actualidad Psicoanalisis de las Configuraciones Vinculares, y más recientemente Perspectiva Vincular en Psicoanalisis.

Comenzaré entonces por hacer un breve recuento histórico, que los ubique acerca de estos personajes, el entorno en que se ha desarrollado su teoría.

Presentaré brevemente algunos de los conceptos aportados por Berenstein al Psicoanalisis de Familia, y por Puget al Psicoanalisis de Pareja.

Por último, si nos permite el tiempo, señalaré cual sería el abordaje de una entrevista vincular, para dar una idea de la clínica a partir de una metapsicología vincular aquí planteada.

 

Algo de Historia

Personajes e Instituciones

 

A partir de los aportes iniciales de Janine Puget, desde su trabajo con el vínculo de pareja, de Isidoro Berenstein, desde su trabajo con los vínculos familiares, y con los aportes de otros colegas, se ha configurado hoy una teoría psicoanalítica para la comprensión y abordaje de los vínculos, con su metodología y clínica correspondientes.

Algunos conceptos tales como acuerdos inconscientes, estructura familiar inconsciente (EFI) han sido reformulados para dar lugar a otros tales como diferencia, acontecimiento, principio de incertidumbre, presentación, representación, interferencia temas que han marcado las conceptualizaciones de los últimos años.

En esta presentación daré un mayor espacio a los conceptos por los cuales Berenstein y Puget son más conocidos.

 

Un breve recuento histórico nos permitirá ubicarnos.

En 1984, la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo (AAPPG), institución psicoanalítica que funcionaba en Buenos Aires desde mediados de los años 50, –fundada entre otros por Janine Puget, Raul Usandivaras, Pichón Riviere- convocó a la Doctora Janine Puget y al Doctor Isidoro Berenstein, ambos psicoanalistas de reconocida trayectoria, miembros titulares de APdeBA para fundar y dirigir, respectivamente, los Departamentos de Pareja y de Familia de dicha institución. Tuve la suerte de contarme dentro del grupo de fundadores. Comenzamos como un grupo pequeño, de investigación y reflexión clínica, hasta constituirse hoy día en el grupo más importante que alberga desarrollos propios dentro del psicoanálisis de los vínculos.

Mucho camino se ha recorrido desde entonces. En l987, cuatro instituciones psicoanalíticas, organizaron el Primer Congreso de Psicoanálisis de Pareja y Familia. Poco a poco el Psicoanálisis Vincular fue tomando forma, no como psicoanálisis aplicado sino como una ampliación de la teoría y de la clínica psicoanalítica, con una metapsicología propia. Tanto Isidoro Berenstein como Janine Puget son ampliamente reconocidos en el ámbito psicoanalítico mundial, y sus desarrollos teóricos despiertan actualmente un gran interés en la comunidad científica.

En Mayo del 2001, se organizó el Segundo Congreso de Psicoanálisis de Pareja y Familia con la asistencia de 2.500 participantes. El trabajo en psicoanálisis vincular tiene un amplio reconocimiento y una producción teórica y clínica constante de lo cual da cuenta el gran numero de publicaciones que han aparecido en estos años, y el gran número de participantes en los Congresos, Jornadas y eventos científicos convocados con esta orientación. Es una teoría en evolución, lo cual conlleva una reformulación y actualización permanentes.

 

Son numerosas las publicaciones que dan cuenta del trabajo desde la perspectiva vincular, tanto de Berenstein y Puget como de otros colegas. Entre las obras más conocidas del Dr. Berenstein están Familia y enfermedad mental, El complejo de Edipo, Estructura Familiar Inconsciente, (del destino a la significación), donde recopila su experiencia clínica en Israel, Psicoanalizar una Familia, El sujeto y el Otro y el último libro, publicado en el 2004, Devenir Otro con Otro(s), donde se aboca a una metapsicología de lo vincular. La Clínica Psicoanalítica y Familia e Inconsciente son obras que recopilan trabajos de miembros del Departamento de Familia de la AAPPG.

Puget y Berenstein publicaron conjuntamente en l988 Psicoanálisis de la Pareja Matrimonial y posteriormente Lo vincular.

Entre los libros de la Dr. Puget están El Grupo y sus Configuraciones, Violencia Social y Psicoanálisis y numerosos artículos sobre Pareja, violencia social, pertenencia social y sobre psicoterapia de grupo. Ha sido compiladora de obras tales como La Pareja (encuentros, desencuentros, reencuentros), Psicoanalisis de Pareja, (Del Amor y sus Bordes) obras que dan cuenta del trabajo de miembros del Departamento de Pareja.

Hoy día son numerosísimos los libros de psicoanalistas que trabajan desde la perspectiva vincular. Son dignos de mención, Trasmisión Generacional, Familia y Subjetividad de Silvia Gomel, El Diccionario de Configuraciones vinculares, compilación hecha por Carlos Pachuk y Raisa Fiedler, y más reciente aún el libro de Miguel Spivakow Clínica Psicoanalítica con Parejas (2005).

 

Los aportes de Berenstein y Puget han tenido una amplia acogida no solamente en la Argentina, sino en Brasil, y en Europa. Berenstein recibió en 1993 el Mary Sigourney Award por sus contribuciones al psicoanálisis.

 

Una ruptura epistemológica

 

  1. Berenstein y J. Puget llegaron al psicoanálisis vincular desde distintos espacios. Ambos se cuestionaron a partir de la clínica el alcance del psicoanálisis individual. Berenstein desde su trabajo con pacientes psicóticos. Puget desde el trabajo con grupos y desde las dificultades que observó en la modificación de los conflictos de pareja desde el análisis individual.

En los años 70, Puget propone el concepto de zócalo inconsciente y acuerdos inconscientes en la pareja matrimonial y Berenstein , el concepto de estructura familiar inconsciente, que le permitió abordar el psicoanálisis de familia.

Se postulan tres espacios psíquicos que atraviesan al sujeto: el espacio intrasubjetivo, el del sujeto con su mundo pulsional y su fantasía, el espacio intersubjetivo, de dos o mas sujetos, y el espacio transubjetivo, el de los sujetos atravesados por la cultura e insertos en una sociedad, lo cual da lugar al concepto de pertenencia.

Posteriormente, surge el concepto de Configuraciones Vinculares, como un término suficientemente abarcativo para incluir grupos, familias y parejas.

 

Estos desarrollos llevaron a proponer una metapsicología que de cuenta del trabajo vincular, donde tanto el sujeto como el otro tengan un lugar fundante, conservando sus características de extraterritorialidad.

En este sentido, el término vínculo se constituye en elemento básico, donde lo vincular excede el mundo individual. La presencia real del otro es postulada como un tope al mundo interno. El vínculo no es la suma de uno más uno sino una nueva entidad que para algunos autores ha ido adquiriendo un nombre específico al cual se llama Dos con mayúscula.

Se demarcan dos mundos regidos por lógicas distintas: el mundo interno y el mundo vincular, caracterizadas respectivamente por la imposibilidad de presencia y la imposibilidad de ausencia.

Los desarrollos filosóficos de los últimos años han incidido en la evolución teórica de este modelo. Así, la polémica de la última década se ha centrado en el tema de la realidad del “otro”, y el concepto de acontecimiento, de lo novedoso versus repetición y la función del azar, lo que permanece y lo que cambia y el principio de incertidumbre.

Este descentramiento del mundo interno del sujeto hacia el mundo vincular constituye una ruptura epistemológica que tiene profundos efectos en el ejercicio clínico y en la lectura de la problemática del sujeto.

Surgen así las terapias vinculares. Constituyen un abordaje terapéutico donde están presentes los miembros de un vínculo, familia o pareja y el trabajo terapéutico estará centrado en el análisis del vínculo entre sus miembros.

 

Algunos conceptos básicos en la Perspectiva Vincular

 

El vínculo: El sujeto y el otro

 

El término vínculo viene del latin vinculum, que significa atar. El término vínculo fue introducido por Pichón Riviere y retomado por el psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares desarrollado por I. Berenstein y Janine Puget.

Para Berenstein y Puget todo vínculo se origina en el intento de resolver una falta, una condición de desamparo originario.

 

El vínculo es una organización inconsciente constituida por dos polos, un yo y otro, y un conector o ligadura. Es una ligadura estable entre un yo y un Otro. Remite a lo intersubjetivo. Se diferencia de la relación de objeto que es intrasubjetiva. La presencia real del otro es postulada como un tope al mundo interno. Se demarcan dos mundos regidos por lógicas distintas: el mundo interno y el mundo vincular, caracterizadas respectivamente por la imposibilidad de presencia y la imposibilidad de ausencia.

 

Puget y Berenstein definen el vínculo matrimonial en su significado de conector o ligadura, como correlato interpersonal de una estructura mental. La pareja se constituye como una estructura vincular en la que convergen tres modelos: individuales, diádicos y socioculturales en permanente interacción, que forman una red que se transforma fácilmente en núcleo de crisis.

Puget define un vínculo de pareja, como aquella que comparte situaciones básicas que denomina parámetros definitorios : cotidianeidad, relaciones sexuales y proyecto vital, y tendencia monogámica. Estos parámetros resultan simultánea o alternativamente amenazados en las situaciones de crisis poniendo a prueba el equilibrio del vínculo.

 

El vínculo es registrado como un sentimiento de pertenencia. Se sostiene en una serie de estipulaciones inconscientes, tales como acuerdos y pactos que contienen una cualidad afectiva, y que rigen las características del intercambio entre los sujetos.

La significación del sujeto está fuertemente ligada a la alteridad del otro como marca que lo instituye y lo altera”.“Lo novedoso, o sea, aquello que se presenta no teniendo lugar previo, remite a la relación con el otro”.“El sujeto singular es y deviene vinculado, y verlo separado es resultado de la percepción consciente y de la resistencia”. (Berenstein, 2001)

El término “otro” es inherente a la estructura de vínculo, entendido como relación con un sujeto dotado de semejanza y diferencia, pero, en forma definitoria, dotado de ajenidad, que verá al yo-sujeto como otro, es decir, como sujeto con las características mencionadas y cuya marca distintiva es la ajenidad”. Berenstein, 2001, pag. 94.

 

Concepción actual de vínculo: Del Uno al Dos

 

Los aportes de Badiou señalan la importancia de la construcción entre Dos en la pareja. Si el hombre y la mujer son dos conjuntos disyuntos, “El Dos se produce a partir del encuentro.” (Interrogaciones, 2002) y ha de hacer lugar a la diferencia..

El vínculo no es la suma de uno más uno sino una nueva entidad que para Puget y Berenstein fue adquiriendo en los últimos tiempos un nombre específico al cual se llama Dos con mayúscula.

Dice Puget: “la vida humana o sea la subjetividad, el ir siendo sujeto, se constituye sobre la base de un Dos con mayúscula, es en un vínculo donde se constituyen los sujetos. Pero para ello hay, que producir algo en el Dos por la resistencia que ofrece el otro a quedar reducido a lo mismo. Producir algo quiere decir hacer con otro, construir un lugar en un conjunto, o sea habitar un espacio, ir adquiriendo nuevas características y cualidades al ser Dos. Ningún vínculo debe dejar a quien lo habita igual a como era antes, ya que un vínculo se constituye sobre un trabajo que privilegia la diferencia entre cada sujeto, diferencia irreductible y el juego que se establece al reconocer lo que el otro tiene de alteridad” (“La Soledad y la subjetividad”, 2003)

 

Zócalo Inconsciente y acuerdos inconscientes

Es la estructura profunda, reguladora de la relación de pareja: es un organizador de la relación en sus diferentes modalidades de interacción: sexual, económica y comunicacional. Subyace a las modalidades de interacción que son los observables. Es el modelo relacional latente está sostenido por acuerdos inconscientes. El zócalo contiene representaciones objetales y vínculos entre ellas, contiene deseos infantiles insatisfechos, da cuenta de la relación con el objeto único, la problemática inherente a la nunca terminada elaboración de la diferencia de sexos, ya que en cada etapa de la vida y crisis vital ésta adquiere un nuevo sentido. Incluye también identificaciones históricas, edípicas, y representaciones socioculturales heredadas inconscientes de las normas que dan pertenencia y que requieren a su vez de acuerdos entre los mundos de la pareja, (Berenstein y Puget, 1983).

 

Objeto único:

En las crisis, los cónyuges se exigen mutuamente que se comporten como objeto único amparador. Remite al desamparo originario, constituyente de todo ser humano. Da cuenta de la esperanza de encontrar aquel objeto único de la infancia, ilusorio, que le provea amparo absoluto, es decir que lo proteja contra cualquier situación de desprotección vivida como desamparo.

Entre las funciones del objeto único están la función asistente, dador de significados, indicación (diferencia mundo interno-mundo externo), anticipación (anticipa el deseo), semiótica, dador de temporalidad. Privilegia la comunicación sin palabras.

Cuando las parejas se unen, se establece el acuerdo de ser “el uno para el otro”, es decir, de ser el objeto amparador ante el desamparo originario.

En la clínica diaria vemos parejas como modalidades infantiles de interacción que presentan la necesidad que su partenaire funcione como objeto único amparador. En estructuras más adultas, el objeto amparador cumple la función de protector mutuo, hay reciprocidad y discriminación entre los miembros, y reconocimiento de límites yo-no yo.

El funcionamiento de objeto único está en el sustrato de los acuerdos inconscientes.

Acuerdos Inconscientes

Del latin acordare, poner de acuerdo.

Concepto propuesto por Janine Puget para comprender la dinámica de las relaciones de pareja. Los acuerdos inconscientes rigen las relaciones vinculares. Es un término usado para describir la elección inconsciente de una pareja. Las parejas están unidas por aspectos conscientes e inconscientes. Los aspectos concientes remiten a aquello que comparten, que sienten que les falta, que les complementa. Los aspectos inconscientes remiten a la necesidad de llenar ciertas necesidades aunque estos puedan traducirse en sufrimiento consciente. El objetivo de los acuerdos inconscientes es la satisfacción de fantasías infantiles, la necesidad de encontrar un objeto único amparador, en el cual convergen el precitado de las identificaciones infantiles positivas y negativas, y los vínculos entre ellas.

Puget define los acuerdos inconscientes como “el resultado de una suerte de combinación entre aquellos aspectos compartibles desde cada uno de los espacios mentales de los sujetos, y resultan del despliegue de la tendencia a unificar sus funcionamientos mentales y vinculares.” (1988,36)

El enamoramiento instaura la elección conyugal y contiene los elementos inconscientes que la caracterizan y que serán responsables tanto de la posibilidad de crecimiento vincular como de la repetición de modelos arcaicos.

 

Las crisis de pareja surgen cuando se rompen los acuerdos inconscientes de la relación de pareja y serán oportunidad de crecimiento o de replanteo de los mismos, de ruptura vincular, o de deterioro vincular al obturar la emergencia de los significantes subyacentes a la misma.

Las crisis nos hablan de una ruptura o desorganización del espacio vincular con la consecuente imposibilidad de construir espacios nuevos entre los sujetos del vínculo.

 

La estructura familiar inconsciente

Uno de los aportes más significativos de Berenstein a la comprensión de los vínculos familiares fue la denominada EFI, o estructura familiar inconsciente.

 

1) Las relaciones familiares tienen un carácter simbólico cuyo significado yace en la estructura inconsciente. Relaciones familiares y Estructura Familiar Inconsciente (EFI) corresponden a dos niveles lógicos distintos: las primeras son maneras de realización consciente de la segundo. Las relaciones son las manifestaciones de la EFI. Se manifiesta en observables tales como modos de hablar, aplicación de los nombres propios, distribución de la vivienda, los modos diagramar el espacio en la sesión, etc.

2) La EFI “es un conjunto ligado de relaciones entre términos: la relación de alianza, o sea la relación entre marido y mujer, la relación de filiación, es decir la relación entre el hijo y sus progenitores, la relación de consanguineidad, o relación entre hermanos, y la relación avuncular, es decir la relación con la familia materna o su representante.” La EFI funciona como un organizador , una matriz de donde provienen los intercambios manifiestos.

(Berenstein, Familia e Inconsciente, l991).

La entrevista del grupo familiar es un espacio de despliegue y de observación de los vínculos y las funciones de los miembros de una familia.

Acontecimiento

“Se caracteriza como acontecimiento a la emergencia de un hecho nuevo del cual se puede decir que no tenía lugar ni representación previa y que, aunque se dé en un campo donde era factible que ocurriera, no es posible aprehenderlo hasta después de producido.

Pero si obtiene un lugar para el yo se instala una nueva subjetividad o intersubjetividad para un vínculo, para una comunidad se puede dar una nueva forma social u otra forma distinta de la anterior.” Pag.159)

Remite a los efectos no calculados de una acción que no estaban previstos ni podían ser sabidos o conocidos antes del conocimiento de esta acción. “La novedad, que acabamos de llamar acontecimiento, se refiere a aquello que no teniendo lugar, no estando como predisposición o potencia, sin embargo se presenta y la estructura ha de hacerle un lugar que no tenía previamente y ha partir de este hecho ha de modificarse ella y la significación.” Pag. 163

 

Transferencia , hecho nuevo y o repetición

“Caracterizamos la transferencia analítica como un “vínculo”, una estructura donde se relacionan dos o más, pero en este caso dos sujetos de deseo, paciente y analista que proponen uno al otro dos trabajos a realizar simultánea y sucesivamente.

  1. a) Uno hace al despliegue de las experiencias infantiles del paciente y a la puesta en juego de las relaciones de objeto con sus experiencias emocionales, y b) otro trabajo es el se dará entre ambos sujetos cuando se topen con el otro de la relación, con una ajenidad imposible de remitir a alguna experiencia infantil, inaugurando así un campo de novedad que llamaré novedad radical” (pag. 172-3”. El segundo no recubre el campo de la relación de objeto.

 

Principio de Incertidumbre

Puget ha propuesto instaurar un principio nuevo que llama principio de incertidumbre como regulador de la organización vincular, intenta otorgar a la impredictibilidad status de condición necesaria de lo vincular. El efecto de descoloque producido por la presencia activa el principio de incertidumbre. El presente es incierto.

Las ansiedades que genera la incertidumbre dan lugar a la emergencia de ciertos mecanismo de defensa.

El status metapsicológico del principio de incertidumbre correspondería al principio de realidad y principio de placer propuestos por Freud.

 

LAS ENTREVISTAS VINCULARES

 

Me centraré ahora en la modalidad de entrevista vincular, privilegiando lo que hemos dado en llamar observables vinculares.

Concibo la entrevista familiar o de pareja como un espacio tiempo en el cual se despliega una dinámica que ha de ser comprendida. Con frecuencia la posibilidad de mirar juntos, pacientes y analista, una nueva perspectiva de esta dinámica, lleva en sí misma un cambio inherente.

 

Proponemos que la familia, o la pareja (aunque el manejo de las entrevistas de pareja supone algunas diferencias a las cuales nos abocaremos más adelante), dramatiza y conforma un relato conjunto, que da cuenta en el presente, y desde lo manifiesto pone en evidencia funcionamientos inconscientes, una estructura de repetición, y vínculos narcisistas que dan cuenta de una historia pasada que insiste en el presente al circular sin semantización ni significado.

 

Partimos de ciertos observables, indicadores que se despliegan en el espacio terapéutico, que describiremos más adelante, para inferir un orden simbólico expresado por estos. El terapeuta, testigo y a la vez partícipe de la dinámica vincular, objeto de transferencia y a la vez sujeto que experimenta contratransferencialmente algunos de los muchos conflictos desplegados, intenta PENSAR junto con la familia aquello que le ocurre, buscando como Tiresias en el mito de Edipo, construir con la familia un significado nuevo, una comprensión diferente, una aproximación cognocitiva alejada de la certeza, la convicción, la verdad absoluta.

 

Historiador de la historia familiar va construyendo junto con la familia una historia nueva, elaborativa, que permita la evolución desde la repetición, o desde situaciones congeladas el crecimiento y complejización vincular.

 

Dos ejes de análisis, uno diacrónico y otro sincrónico, convergen en el aquí y el ahora de la entrevista familiar. El tiempo presente y el tiempo pasado confluyen en una combinatoria particular, que habla de sufrimiento, de angustia, de detención de procesos vitales, de duelos no elaborados, etc., expresados en el aquí y ahora como procesos sintomáticos. Al mismo tiempo, observamos la fuerza de la familia, los procesos elaborativos, los acontecimientos que rompen la repetición.

 

En el aquí y el ahora de la entrevista la familia o la pareja conforma un relato verbal acerca de sí misma. Simultáneamente se va desplegando otro relato, dramatizado en primer lugar desde los intercambios no verbales (clima grupal, gestos, juegos, distribución de la familia en el espacio del consultorio) y en segundo lugar desde el intercambio transferencial con el terapeuta, intercambio en el cual el terapeuta se incluye también desde su propia historia. El relato formal habla de los aspectos conscientes de la relación familiar. Lo no consciente se conforma a partir de ese relato paralelo, encubierto por el primero.

 

Lo observable, lo manifiesto, permite el acceso a las significaciones inconscientes, que son puestas poco a poco en palabras durante la entrevistas. El terapeuta, facilita PENSAR LA FAMILIA, lo cual significa construir significados nuevos que permitan a la familia aliviarse de su sufrimiento. Función eminentemente reparatoria, que supone contactar el dolor, y sobre todo contenerlo. Permite acceder a nuevas versiones acerca del síntoma o de la patología del paciente designado, y más bien hacer una lectura de lo que este está expresando acerca de los vínculos

 

Pensar juntos es bien diferente de hacer, o de hacer hacer. La instalación de la función analítica en el campo vincular familiar va a permitir una modificación de la modalidad vincular, y en el mejor de los casos abrir puertas para la novedad y el descubrimiento.

 

Las entrevistas familiares diagnósticas le permiten al terapeuta evaluar las posibilidades de esta familia para acceder a este tipo de tratamiento. En primer término, si la familia está dispuesta a aceptar en principio que sus conflictos, que su sufrimiento obedece a funcionamientos desconocidos para ellos, que desde el inconsciente determinan su historia y su presente. Y si además, este terapeuta en particular puede junto con esta familia configurar un campo terapéutico propicio para pensar así los conflictos familiares.

Así mismo, las entrevistas familiares confrontan a la familia con la “realidad” de este terapeuta familiar. Alguien que tiene características personales, manifestación de sus espacios intra, inter y transubjetivos, pero que además plantea una aproximación al problema, a veces bien diferente de la esperada.

 

OBSERVACION TERAPEUTICA

 

La observación del terapeuta familiar se hace a partir de datos históricos y de datos observados a partir de la dinámica interaccional de la familia, durante las entrevistas familiares diagnósticas o preliminares.

 

LA ENTREVISTA

 

Durante las entrevistas, las intervenciones terapéuticas apuntan al esclarecimiento de la dinámica familiar. La consigna es abierta: el terapeuta propone a la familia un espacio para pensar juntos lo que les ocurre, aquello que les genera sufrimiento y que los trae a la consulta. La familia va construyendo un relato conjunto, construido a partir de cadenas asociativas (Kaes) de la familia.

 

El terapeuta se plantea entre otras preguntas cuales son los lugares generadores de conflicto, desde cuando aparecen o se han agudizado las dificultades, y cuales podrían ser los elementos han determinado la crisis actual o la emergencia del motiva de consulta. Es decir la incidencia en la dinámica actual de los tres espacios: intra, Inter. y transubjetivo. Así mismo se pregunta acerca de las fortalezas de esta familia, sus aspectos reparatorios, y las posibilidades para un trabajo terapéutico exitoso.

 

Las reacciones contransferenciales del T dan indicios acerca de la dinámica de la familia, como también del lugar, desde la EFI, que le designa al terapeuta (padre, madre, hijo, juez, arbitro, consejero, etc). A veces, la dinámica de algunas familias, como por ejemplo las familias violentas, pueden producir en el T dificultad para pensar, sentimiento de exclusión o maltrato, agresividad, desesperanza, etc. Los diversos matices contratransferenciales son índices valiosos en cuanto al diagnóstico y al pronóstico.

 

La escucha analítica requiere un contexto en el cual el terapeuta se encuentra con la familia de forma empática, de tal manera que desde esta contención le permita ir construyendo un saber, en la medida en que las defensas van cediendo paso a una interacción más reparatoria. Esto implica a veces tolerar el sufrimiento contratransferencial de estar inmerso en situaciones de alta indiscriminación y confusión.

 

Es decir propone a la familia la posibilidad de resignificar conjuntamente sus conflictos. El terapeuta va comunicando poco a poco las alternativas posibles que no han sido pensadas por la familia por ser inconscientes o porque no ha construido ciertos nexos lógicos entre diversos hechos, o porque en definitiva no había podido verbalizar por distintas alteraciones en su funcionamiento. El síntoma de uno o más miembros de la familia se considera en su dimensión intersubjetiva, es decir síntoma familiar.

Con las parejas intervenciones tales como “como se conocieron”, “qué les gustó de cada uno”, “cuales eran las circunstancias de la vida de cada uno en ese momento” permiten una ampliación del relato conjunto e inferir la dinámica inconsciente del momento fundante de la relación y los acuerdos inconscientes que se pusieron en juego en su constitución. Al mismo tiempo esto puede dar alguna luz acerca del conflicto actual, las expectativas respecto al vínculo, la tramitación que la familia ha hecho de la desilusión inherente a la ruptura del enamoramiento.

 

La historia familiar nos va conformando un relato, una imagen de la familia, que permite a esta situarse en su propio contexto histórico. Simultáneamente, la actitud no verbal de la familia, o las intervenciones en momentos claves del relato puede ayudarnos a comprender la manera como la familia ha elaborado su propia historia. El T hace preguntas, recaba datos o pide explicaciones o hace señalamientos que produzcan apertura acerca de otros puntos de la dinámica familiar.

La reconstrucción de la historia familiar o vincular enriquece a cada uno de los participantes de la entrevista. Para muchos es una experiencia nueva donde se descubren significados, se entrelazan otros, se amplia el campo vincular. El terapeuta está atento en la historia de la relación, a los hitos históricos que nos pueden esclarecen alguna modificación o estancamiento de la evolución de la familia y la dinámica subyacente. Así mismo la historia de la familia o de la pareja da índices acerca de los modelos identificatorios que llevan a la elección de un determinado tipo de vínculo.

 

Desde el punto de vista de recursos técnicos el terapeuta provee una caja de juego cuando hay niños pequeños, con material acorde a su edad. El juego y los dibujos suelen aportar información muy valiosa. Otros recursos que puede utilizar es solicitar a la familia el dibujo de la familia, a veces el plano de la casa, el árbol genealógico o el dibujo del personaje. La manera como cada miembro percibe a su familia nos puede dar datos importantes, tales como las alianzas, el nivel de importancia de los miembros de la familia, ansiedades específicas en el contacto, etc. El plano de la casa nos habla de la expresión del espacio interior de la familia tal como es proyectado en su manera de vivir. Por ejemplo, quien duerme con quien, espacios no habilitados del espacio habitaciones, la presencia de otros miembros de la familia o ajenos a la familia, etc. El arbol genealógico con los datos de los familiares hasta la tercera generación, puede permitir obtener datos importantes que se relacionen con la situación actual. Aporta datos sobre los modelos identificatorios, miembros ausentes, lugares familiares ocupados por otros (por ejemplo, una tia que cria un sobrino, y la madre se siente despojada por esta), miembros ausentes, muertos, etc. Familias ampliadas o nuevas organizaciones familiares, donde aparece un padre o una madre diferente de los padres o madres biológicos.

 

 

OBSERVABLES VINCULARES

Motivo de consulta o situaciones desencadenantes de las dificultades actuales. En este punto consideramos el paciente designado y la significación del conflicto a nivel familiar. Así mismo una pregunta como “Desde cuando les preocupa esto, o desde cuando han observado tal cosa” puede ser muy útil para ubicar las circunstancias que desencadenaron una determinada situación dinámica y la motivación para hacer la consulta ahora y no en otro momento.

El motivo de consulta tal como es formulado por los pacientes es la expresión manifiesta de una dinámica latente. De la misma manera que los sueños o los lapsus, el motivo de consulta puede ser planteado como una puerta de acceso a la dinámica inconsciente de la pareja o la familia. El motivo de consulta se considera expresión del interjuego entre los vínculos de filiación, alianza, consanguineidad y el vínculo con las familias de origen. En la relación de pareja su observación incluye los acuerdos inconscientes que determinan esta elección y los avatares de estos acuerdos a lo largo de la vida.

Cuando el motivo por el cual se consulta está muy alejado de la conciencia de un malestar vincular las entrevistas diagnosticas apuntan a esclarecer la conexión inconsciente entre el síntoma y la dinámica estructural y además a acompañar a la familia a reconocer esta enlace como pertinente a ellos.

 

El terapeuta se pregunta porque consulta esta familia o esta pareja AHORA, para qué vienen, lo que incluye las expectativas conscientes e inconscientes, y que significado tiene este síntoma o queja dentro del vínculo. En el caso de las parejas se pregunta cómo están alterados los parámetros definitorios y cuales han sido las vicisitudes del encuadre matrimonial.

 

Síntomas de uno o varios de sus miembros: Son considerados en su dimensión intersubjetiva. Es decir de que nos está hablando este síntoma en este momento. Por ejemplo el intento de suicidio de un miembro de la familia es considerado como expresión de un sufrimiento no solamente individual sino como un síntoma familiar.

 

Sintomatología psicosomática: En algunas parejas o familias la prioridad está dada a los síntomas físicos y está negado el conflicto subyacente. Estas familias son de difícil abordaje y la deserción es frecuente. Son familias en las cuales el cuerpo habla por ellas .Por ejemplo, una familia consulta por las serias dificultades académicas de uno de sus hijos, ya en la universidad. Los cuatro miembros de la familia presentan úlceras gástricas.

Es una familia de altísimo nivel de exigencia lo cual incluye no tener ningún conflicto o diferencia entre ellos. Ell motivo de consulta (dificultades académicas) está completamente disociado de las somatizaciones ,que no se presentan como síntomas, y de la dinámica familiar característica un funcionamiento vincular donde lo que está primando es la negación de las diferencias.

 

 

Historia familiar: En la historia familiar se destaca la constitución de la pareja matrimonial, el advenimiento de los hijos, crisis familiares, perdidas o logros más significativos, cambios, etc. Este punto puede llevar al T a observar modelos repetitivos, situaciones de duelo congelado, cambios abruptos, momento de aparición de los síntomas actuales, etc. Un elemento interesante de considerar es los nombres propios, que a veces están ligados a una suerte de “destino” familiar.

 

Nivel de endogamia versus exogamia de la familia. Me refiero al grado de fusión o de discriminación entre los miembros, las relaciones simbióticas entre algunos de los integrantes o de la familia como un todo, el grado de parasitación o de simbiosis de los miembros entre sí , y el espacio que se permiten o no para ser diferentes, todo lo cual apunta a dos ejes semánticos: ser distinto, o ser semejante, y la manera como la familia lidia con estos elementos. Así, estamos describiendo el nivel de narcisismo que impera en cada grupo familiar y la posibilidad de permitir a cada integrante su individuación. Cuanto más narcisista es una pareja más dificultad para aceptar las diferencias, mutuas y de los hijos. Estos son aceptados únicamente como prolongación narcisista del yo de los padres.

La exogamia o la endogamia se manifiestan con el terapeuta en el grado de dificultad para ser incluido dentro de la familia, como un tercero.

 

-Lugares y funciones en la familia. Esto se relaciona con los distintos niveles generacionales y las características de los vínculos entre ellos. Así mismo, la modalidad de desempeño de las funciones inherentes a los lugares en la familia. Se observan las funciones de contención y la función de corte. Como se desempeña una madre en su función materna, un padre en su función paterna, un hijo en su función filial. Alteraciones de las jerarquias generacionales son una manifestación de la historia familiar inconsciente. Por ejemplo, una hija parentalizado que ha asumido esta función desde pequeño, por la ineptitud de la madre para hacerse cargo de sus hermanos pequeños. O un hijo que asume el lugar de jefe del hogar porque la madre se separa.

 

-Circulación de los modelos identificatorios en sus aspectos parciales, totales o vinculares, los cuales nos dan índices acerca de las relaciones con las respectivas familias de origen y la EFI.

Este punto relaciona también con los lugares de la familia: padres idealizados e inalcanzables que impiden el crecimiento emocional de sus hijos, lugares “vacantes” a partir de la muerte o desaparición de alguien, que han de ser llenados por otro miembro de la familia para reemplazar al que se fue, o vacantes porque quedan como espacios congelados, inmóviles. Un ejemplo de esto puede ser las familias que pierden un hijo, y cuya habitación sigue intacta después de mucho tiempo, y su lugar en la mesa listo como si fuera a volver en cualquier momento.

 

-Tramitación de los duelos: Algunas situaciones de duelo, especialmente penosas por sus características, llevan a silenciar el dolor y la culpa relacionados con un determinado suceso. En la clínica se observan situaciones familiares que remiten a duelos congelados. Las entrevistas familiares o la terapia posterior pueden permitir su abordaje, el análisis de las ansiedades concomitantes, y en el mejor de los casos movilizar a la familia para continuar su proceso de crecimiento y complejización vincular.

 

– Un punto ligado con lo anterior, pero que merece en si mismo un tratamiento especial, es la observación de la transmisión de la irracionalidad, tal como ha sido descrita por Berenstein (l985). Significados legados por las familias de origen, transmitidos a lo largo de por lo menos tres generaciones, significados que en su momento pudieron ser apropiados, pero que se han transmitido anacrónicamente emergiendo como irracionales en el contexto de la tercera generación.

 

– Defensas familiares. Nos referimos aquí a la presencia de organizaciones dualistas, propias de la dinámica familiar, que pueden ser cambiantes o estereotipadas, Por ejemplo, la familia se divide en blancos y morenos, juiciosos y necios, enfermos y sanos, etc. Este tipo de organizaciones lindan con lo irracional y determinan el destino de los miembros de la familia, cuando son estereotipadas. Si por ejemplo, la familia divide a los hijos, en los que pueden se buenos estudiantes y los que no pueden, esto mismo llevará a la confirmación de las expectativas.

 

El lenguaje familiar, la capacidad o dificultad de semantización, el nivel de concreción o simbolización del pensamiento, son elementos que se ponen en juego en la escucha familiar. La dificultad para comunicarse a través de la palabra puede llevar a actuaciones violentas, a somatizaciones, accidentes, etc.

 

Los secretos familiares, con la consecuente dinámica de exclusión ( los que saben y los que no saben) y la prohibición a hablar de lo secreto. Remiten a la necesidad narcisística de sostener una cierta imagen familiar, o la imagen de uno de sus miembros. Se refieren con frecuencia a temáticas relacionadas con la sexualidad o con la muerte, y con frecuencia se relacionan con aspectos por los cuales la familia experimenta vergüenza.

 

– Violencia familiar: surge ante la imposibilidad de reconocer al otro como diferente y en un intento de imponer por la fuerza las propias significaciones. La impotencia resultante del desencuentro es transformada en violencia en sus distintas modalidades. Violencia verbal, como denigración, descalificación, burla, gritos, etc, o física. Otras veces la violencia toma la forma de silencio, de indiferencia, o de la prohibición tácita o explícita de hablar acerca de algo. Todo esto nos habla de significantes que han quedado excluidos de la circulación en la comunicación con los consecuentes efectos del material negado o reprimido. Otras veces la violencia toma la forma de sobre imposición de las propias significaciones. Este tipo de violencia, denominado por Piera Aulagnier violencia secundaria, se refiere a la violencia ejercida en situaciones asimétricas, donde el detentador de poder impone su pensamiento a ultranza. Son formas alienantes que pueden darse en los contextos intersubjetivos o transubjetivos. (por ejemplo en el colegio o en la universidad, en las instituciones, etc.).

 

INDICACION

 

Cuando el motivo de consulta se relaciona con alteraciones en los niños o cuando hay pacientes muy perturbados la mayoría de los terapeutas coinciden en la indicación de terapia familiar. Promover un cambio en el entorno familiar revierte en una mejoría notable en la dinámica familiar. Otro tipo de pacientes como los adolescentes le plantean al terapeuta cuestiones tales como el tema de la necesidad de un espacio más íntimo donde el paciente puede explorar su conflictiva individual.

No olvidemos que la terapia individual y la terapia familiar apuntan a espacios distintos. La terapia individual privilegia el espacio intrapsíquico, la terapia de pareja o familiar privilegia el espacio intersubjetivo. No se trata entonces de decir cual terapia es mejor. Simplemente el campo vincular que conforman y sobre el cual trabaja el terapeuta es diferente del espacio individual.

Me permito decir que la gran mayoría de nosotros nos podemos beneficiar ampliamente de una terapia familiar y que en la mayoría de los casos constituye un telón de fondo favorable para una terapia individual. En familias o parejas en las cuales las ansiedades paranoides son muy intensas puede ser conveniente iniciar por una terapia individual, o entrevistas individuales, que permitan construir poco a poco un espacio terapéutico propicio para el intercambio familiar.

 

El terapeuta con orientación familiar tiende a ver la familia en su conjunto, el terapeuta de orientación individual tenderá a hacer posiblemente una indicación de tratamiento individual. Cada una de estas posiciones proviene de una postura teórica y de las preferencias personales del terapeuta. No hay respuestas únicas ni óptimas, que nos alejen de la incertidumbre del quehacer terapéutico. Solo resta decir que el T, conciente de labor, buscará la mejor alternativa en pro del paciente, preguntándose siempre cual será el mejor camino para aliviar el sufrimiento. Esto implicará una búsqueda honesta tanto desde lo teórico como desde lo personal.

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[1] Este trabajo fue publicado en la Revista de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis. Vol .31. No.1, 2006

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