Transformaciones. Construyendo un vinculo, Jornadas 2005

 TRANSFORMACIONES. Construyendo un vínculo*

MYRIAM ALARCON DE SOLER*

Pide que el camino sea largo.

Que sean muchas las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos antes nunca vistos.

CAVAFIS, C.P. Poesía Completa.

Transformaciones etimológicamente cambiar de forma, mejorar, metamorfosis.

Mónica asiste a una primera consulta remitida por su terapeuta, a quien consultó después de la muerte de su primer marido. M quiere saber si esta “nueva relación” es posible, o “si vale la pena”. Es una mujer atractiva de 34 años, tiene dos hijos, de dos relaciones anteriores y vive con JJ. Participó hace ya 10 años en un reinado de belleza, y al poco tiempo conoció a Pedro, un hombre muy rico, “comerciante en autos”. Era muy “apuesto, caballero, correcto y muy cariñoso”.En las sesiones habla de él como “esta persona”para no causar molestia a JJ: Se casó con P , tuvo un hijo y al poco tiempo lo mataron. “Me metieron a la cárcel, y me acusaron de ser cómplice de sus negocios. Yo no sabía nada”. No hace referencia directa a las actividades de su marido. Dice desconocerlas, aunque por el contexto se infiere que era un personaje muy importante de uno de los carteles de la droga. Después se involucró con otro hombre con quien se casó y tuvo otro hijo. “Parecía un hombre muy rico, pero resultó un estafador, me robó muchísimo dinero. Después se escapó”. Ahora conoció a Jhon Jairo de 32 (he elegido este seudónimo, escrito así, para señalar un nombre extranjero, costumbre usual en algunas regiones de Colombia entre la clase media o baja) en la universidad donde ella hace una maestría negociación. “Es un muchacho que gana muy poco, que aporta mucho menos que yo. Pero yo lo quiero. Ahora tenemos muchos problemas porque el me critica por mi pasado”. La consulta actual es desencadenada porque el hijo mayor encontró a JJ viendo imágenes porno en internet y le dijo:” A Pedro(el papá) lo mataron, Felipe (el segundo marido) se fue y JJ te la está jugando”.Es esta la única oportunidad en la cual mencionan a este hijo.

Posteriormente acuerdan venir juntos. JJ es docente y hace una maestría en ciencias políticas. Tuvo un matrimonio anterior: “me casé con ella porque estaba embarazada, pero prácticamente no vivimos juntos”. Tiene un hijo de ocho años que visita muy poco.

Cuando M y JJ se conocieron pensaron “que eramos iguales, el en hombre, ella en mujer”. Viven desde el principio en el departamento lujoso de ella. M. paga viajes, ropa, restaurantes. JJ dice que la quiere mucho y que quiere hacer todo lo posible por salvar la relación. El habla de M como” su novia”. Ella llama a JJ”su pareja”.

En las primeras entrevistas se enzarzan en discusiones interminables ,estériles, donde juegan a quien tiene la razón. Clima vincular que hace difícil al terapeuta hacerse un lugar, hacerse oír .Ella trata de justificar sus celos en el hecho que el recibía llamadas de sus novias previas, y aunque esto ocurría en el comienzo de la relación ella no lo puede perdonar, porque siente que él sigue dando un espacio a estas relaciones. M dice que JJ “le cae todo el tiempo”, la critica porque no se mide con el dinero, y le echa continuamente en cara su pasado. JJ dice que M está “embarrada”. Quiere una casa “donde sepa de donde viene todo.” Resiente que por mucho tiempo tuvo que “aguantar las toallas con las iniciales del marido”. Ella dice “yo lo que quiero es una relación común y corriente, con un hombre común y corriente, pero el me vive diciendo que yo me vendí a un narcotraficante. Es como si le pusiera zancadilla a un inválido”.

JJ insiste en estas primeras entrevistas en que no cree necesario hablar del pasado. Da explicaciones seudointelectuales acerca de cualquier tema que resuenan como un discurso vacío. Ella dice que él trata de mostrarse como que siempre hace lo correcto. Se molesta por cosas nimias y entonces deja de hablar, lo cual a M la hace sentir muy mal.

El clima entre ellos pasa rápidamente del enamoramiento a la pelea.

 

Construyendo un vínculo

Hablar de proceso hace pensar en cambio. He preferido más bien hablar de modificaciones o de transformaciones en el sentido dado por Puget (1990) como“la búsqueda y encuentro de nuevas organizaciones en un constante estado de desequilibrio.” Estaríamos hablando de dar lugar a lo novedoso, romper un circuito de repetición para dar cabida a nuevas formas de vincularse.[i] Modificaciones que desde una conceptualización más actual remitirían a construcción vincular, paso de un funcionamiento desde el Uno a un funcionamiento desde el Dos.[ii] Entendemos por construcción vincular al producto de los intercambios de dos sujetos que tiene como sustrato fundamental la aceptación de la diferencia. Aceptación por otra parte bastante compleja, puesto que implica hacerle lugar a la necesidad de la presencia del otro como ineludible para “devenir con otro”(Berenstein, 2004).

 

En un trabajo anterior señalé como eje de la labor terapéutica “la instalación de la función Psicoanalítica vincular, entendiéndose por tal una metodología de pensamiento, capaz de permitir una reflexión, significación, semantización y rehistorización de los conflictos.” Hoy agregaría la posibilidad de aceptar el conflicto como inherente a las relaciones humanas, a la ajeneidad, a la construcción de la relación en un devenir donde se dé cabida al paso del tiempo, a los cambios personales, sociales, evolutivos. Cuestionamiento de estereotipos vinculares y valores de época, para asumir una construcción vincular única o tal vez dar por terminado el vínculo.

Pensar este ejemplo clínico, aunque su tiempo de permanencia en la terapia ha sido breve, puede servir para señalar algunos indicadores de lo que en este caso podría significar una construcción vincular, indicadores que podrían ser de utilidad en el abordaje de la clínica vincular. Clínica que por otra parte habrá de ser pensada desde el paradigma de la complejidad.

Partiremos de una pregunta: que podrían M y JJ hacer juntos?

 

La elección de objeto narcisista

Miller toma este punto en el trabajo individual como eje para abordar la temática de la pareja y el amor. Puget ha señalado como un indicador valioso de las modificaciones vinculares el mito fundante. El de esta pareja ha sido: “dos iguales, almas gemelas, el en hombre ella en mujer”. Mito que remite a una fantasía de fusión, de no diferencia, que desde el Uno supone dos discursos que impiden contruir “entre-dos”[iii]. A los seis meses un amigo de JJ le dice: “No sabes quien era el marido de M”.La relación hace crisis: ruptura, confrontación con aspectos desmentidos en la relación. JJ no quiere oír hablar del pasado de M, se siente celoso frente a los recuerdos de ella. M se calla“para no molestarlo”. El maltrato y el reproche surgen como mecanismos paranoides frente a la desarticulación de la desmentida. Se acusan mutuamente por sus relaciones previas. JJ insiste en que M acepte “su culpa”. Ella dice “no haber sabido.”

M parece haber elegido en sus anteriores parejas el poder: dinero, status. La inmediatez llena su demanda: la belleza mediante las cirugías plásticas, la felicidad que da el dinero fácil, el gran acceso a bienes de consumo. La inmediatez la lleva a buscar una garantía de “felicidad”, de una relación que llene sus necesidades de atención, admiración y gratificación inmediatas. En JJ ha intentado hacer una elección distinta. M quiere tener un presente “común y corriente”, pero es viuda de un narcotraficante. Ha dejado atrás los atuendos extravagantes, las pieles a media mañana, los tacones altos. Aparece como una universitaria“de cara lavada, jeans, y zapatillas”. Si ella está “embarrada” como dice él, elige a un estudiante “que lave su imagen”. La relación con JJ puede significar para M “lavar las huellas del pasado”, un “lavado de imagen”, un “como sí” en el cual el pasado no deja marca, una vida “corriente”.

JJ busca llenar con M sus necesidades narcisísticas: tener una mujer bella, inteligente, que viva para amarlo, que satisfaga inmediatamente sus necesidades sexuales ignorando el deseo de ella. Quiere tener “una casa, donde todo lo hayan comprado juntos”. Quisiera borrar el pasado de M, aunque disfruta las huellas del mismo: el dinero. Esta relación significa un ascenso social y económico: se siente vendido:. Las parejas anteriores de M le suscitan rivalidad, sentimientos de impotencia, de incompetencia, que oculta tras su discurso intelectual. Maltrata a M para hacerle pagar “sus errores”, pretendiendo así salvarse del malestar por una relación en la cual siente que traiciona sus ideales de cambio y justicia social.

El intento de sostener una fusión narcisística se rompe. Las diferencias entre ellos se imponen y las discusiones surgen en el intento de borrarlas. Se exigen mutuamente que deben cambiar. Para intentar ser como el modelo que han perdido?

El hijo mayor denuncia: “uno muerto, otro se fue, este te engaña”… Poco lugar para estos hijos, en la circulación narcisista de esta pareja. Los hijos se encuentran frente a una puerta cerrada, y otras veces indebidamente abierta… Poco lugar para la reflexión o la palabra.

El clima vincular e historización

Jarovslasky, E. remitiéndose a Kaes y Bernard nos dice: “El Aparato Psíquico Vincular tiene dos polaridades o predominios: el Isomórfico en el cual prevalece, lo indiscriminado, la identidad de percepción, la puesta en acto, la atemporalidad, y en el cual la puesta en escena de las fantasías adquieren prevalencia y los sujetos del vínculo no están subjetivados; y el Homomórfico donde prevalece la diferenciación de los psiquismos (la alteridad), los procesos del pensamiento (identidad de pensamiento), y adquieren importancia el lenguaje verbal, lo simbólico, emergen la temporalidad, el relato y los procesos de historización.”(2004).

En las primeras sesiones los señalamientos eran usados fuera de sesión para agredirse. Comentan que esto les ha hecho daño, y que han acordado no hacerlo. Inicio de un proceso de reflexión que pueda empezar a instalarse en lugar del acting out. A medida que avanzan las sesiones el clima de prohibición que se ha instalado sobre este tema empieza a ceder a pesar de la resistencia a hacerlo. Se puede señalar el malestar que genera entre ellos la mención de las parejas de M, la prohibición como defensa, y los reproches que encubren el malestar que esto les genera.

Construcción vincular podría ser hacerle lugar al pasado de cada uno, como aspectos para ser pensados, aceptando la responsabilidad que a cada uno le cupo en sus elecciones anteriores: M en la elección de sus parejas, la desmentida de sus actividades, el duelo por la muerte del primer marido, el dolor por el abandono y traición del segundo. Dolor y ausencia negadas en la necesidad de hacer sentir a JJ único. JJ en el desconocimiento de su responsabilidad como padre, en su dificultad para aceptar los compromisos vinculares, en la ambivalencia y malestar que le genera esta relación, el cuestionamiento de sus valores, etc. Hacer lugar para las diferencias de crianza, de estrato social: valores y experiencias distintos, que generan malestar.

 

 

Violencia y poder

Circula en esta pareja diversas formas de violencia: insultos, denigración, amenazas, prohibiciones. Tratan de tener cada uno la razón o de convencerse y convencer que cada uno es mejor que el otro. Juego de poder, en el cual alternan la imposición, la prohibición y la rivalidad, lo cual dificulta un hacer conjunto. Relación asimétrica donde se ha instalado la violencia en forma de tiranía mutua.

En un trabajo anterior he analizado el tema del narcotráfico y su incidencia en el medio social. Lo denominé narcocontexto. Señalé el deseo es poder como uno de sus funcionamientos básicos. Es decir, una satisfacción inmediata de los deseos, sin que medie el reconocimiento del origen tanático del dinero que permite el acceso a dicha satisfacción.

M y JJ han intentado vivir en la desmentida del origen del dinero que disfrutan juntos, de la violencia alienante y transgresora inherentes al dinero producto del narcotráfico.

Construcción vincular podría ser encontrar formas alternativas de resolución del conflicto.Identificar como violencia al intento imposición del deseo del uno sobre el deseo del otro. Asumir cada uno sus propias formas violentas, que surgen en el intento de dominación del uno sobre el otro, y disminución de los mecanismos de reproche y culpabilización mutua. Abrirse a la posibilidad de conciliar las diferencias, aunque no las compartan. Pensar que significa para ellos el origen del dinero que disfrutan juntos y el impacto que este aspecto tiene en la relación.

 

Crisis y Proyecto Vincular

Una transformación vincular daría lugar a pensar la crisis como un producto vincular. La crisis por la cual consultan podría ser la oportunidad para replantear nuevas formas de relacionarse, lo cual podría llevar, entre otras opciones, la ruptura vincular.

Elección de pareja desde el Uno, proyecto que no da cabida a otro diferente de la representación que cada uno espera encontrar. Este proyecto de ser Uno, sin diferencia, sin pasado, sin fisuras, sin conflicto, tendrá que ser revaluado para poder unirse por aspectos más relevantes. ¿Que podrán hacer juntos? ¿Cómo podrían crecer juntos, desde sus logros individuales, como pareja?

La construcción de un posible proyecto vincular, desde el Dos, implicaría hacer el duelo por lo que no puede ni pudo ser, confrontarse con las marcas de su historia. Vivir los duelos que han quedado suspendidos en el intento de cubrir la relación perdida con otra relación nueva, que al principio fue sentida como lo que anula la falta. Implicaría una construcción que intente dar cabida a los sueños del uno, del otro, de ambos.

Sujetos del vínculo: del Uno al Dos

Si los dos demandan una satisfacción inmediata de sus deseos y caprichos, si fantasean como posible una relación de “puro placer”, podrán tal vez construir un vínculo más allá de la demanda por una satisfacción inmediata o la fusión narcisística? Las intervenciones terapéuticas rebotan en la modalidad narcisística de cada uno. Cada uno sostiene una imagen de lo quisiera pero no logra ser.

Construcción vincular podría significar aquí cuestionar como posible la satisfacción inmediata del deseo, reconocer el lugar del otro como sujeto del vínculo, con sus propias necesidades y características, pasar de la exigencia de incondicionalidad, admiración y disponibilidad absolutos, representación de alma gemela, espejo narcisista, propias del funcionamiento de Objeto único, a hacerle lugar al otro como reconocedor privilegiado.

 

Transferencia y lugar del analista. Función Psicoanalítica Vincular:

Una construcción vincular significará hacerle lugar al analista. Poder construir con éste nuevas versiones acerca de sus dificultades. Disminución de las discusiones estériles. Clima vincular que da lugar a la reflexión, tal vez al humor.

Las transformaciones vinculares permitirán el establecimiento de la función Psicoanalítica, entendiéndose por tal la capacidad de producir transformaciones en la organización vincular sin la ayuda del terapeuta, de transformar los conflictos en una construcción vincular. Esto implica un espacio propio, creativo, donde el lugar del analista como tercero discriminador comienza a ser prescindible.

 

Un comentario final

Un ejemplo supone un reto, intento siempre corto, de llevar la conceptualización a la clínica. Mi interés ha sido compartir algunos indicadores que puedan ampliar la mirada en este trabajo que nos confronta permanentemente con nuestro desconocimiento.

 

BIBLIOGRAFIA

Alarcón, M. y otros. “Del deseo sexual inhibido a la sexualidad vincularmente inhibida”.Jornadas AAPPG, 2004.

Alarcón, M. “Función Psicoanalítica vincular y el modelo del laberinto”, l997.

Alarcón, M., Gallego, L., El tiempo y el vínculo, Jornadas AAPPG, 2003.

Alarcón, M. Narcocontexto y Contexto Terapéutico, Jornadas AAPPG, l997.

Aulagnier, P. La violencia de la Interpretación. Amorrortu, l977.

Barros de Mendilaharzu, G y otros. El vínculo de pareja, entre la novedad y la historia, 2003.

Berenstein, I.   Psicoanalizar una familia. Ed. Paidos, 1.990.

Berenstein, I. Devenir con Otro, Editorial Paidos, 2004.

Jaroslavsky, E.A. Indicadores de cambio en el tratamiento de pareja. 2005.

Miller, J.A. La pareja y el amor. Ed. Paidos, 2003.

Puget, J. “Transformaciones en el proceso psicoanalítico de pareja”. Conferencia Marzo 1.990.

Puget, J. “La interpretación en las Configuraciones vinculares”, 2002.

Puget, “Intersubjetivity. Crisis of Representation”, 2004

Roudinesco,  Familias en Desorden. Fondo de Cultura Económica, 2003.

Spivakov, M. “Una pareja suficientemente buena”. Terceras Jornadas Nacionales, FAPCV,2000.

* Trabajo preparado para las Jornadas de la AAPPG, Septiembre 2005.

* Agradezco al Grupo de Estudios y Profundización en Terapias vinculares ( Ricardo Aponte, Luz Marina Escobar, Ligia Gallego, Maggui Gutierrez, Carolina Lozano, y Elsa Mantilla) y a la Psic. Isa Fonnegra de Jaramillo sus aportes y comentarios.

[i] “Si la repetición cede, deja lugar a la anticipación… La inclusión de los significados inconscientes de los vínculos opera al principio sobre una suerte de profecía autocumplida así como sobre las empobrecedoras explicaciones causales, dando lugar a la predicción autocorregida surgiendo otros tipos de explicación. Como consecuencia comienzan a aparecer acontecimientos inevitables, no repetidos, para luego dar lugar a nuevos hechos”. (Berenstein, 1.990, 53)

 

[ii] “Aceptar al otro, o aceptar la presencia del otro, requerirá modificarme, y pasar a ser otro del que era, a condición de que ese sujeto acepte pasar a ser otro. Desde el Dos se termina distinto a como se empezó. La subjetividad deviene otra. Sería como el trabajo de darle presencia a la presencia, diferente al trabajo de representación que es darle presencia a una ausencia”. (Berenstein, 2004)

 

[iii] “…Otro entre-dos es el de los sujetos que, sin omitir ni suprimir quién es cada uno, avanzan en la producción del vínculo, para encontrarse y admitir que a partir de él cada uno será un poco diferente de lo que era.” (Berenstein, 2004,pag 67)

Transformaciones. Construyendo un vínculo

Resumen

Transformaciones etimológicamente cambiar de forma, mejorar, metamorfosis.

A partir de un ejemplo clínico se aborda el tema de los indicadores que hablarían de una construcción vincular.

Tomo modificaciones o de transformaciones en el sentido dado por Puget (1990) como “la búsqueda y encuentro de nuevas organizaciones en un constante estado de desequilibrio.” Transformaciones que darían lugar, en el mejor de los casos, a lo novedoso, significarían romper un circuito de repetición para dar cabida a nuevas formas de vincularse. Modificaciones que remitirían a construcción vincular, paso de un funcionamiento desde el Uno a un funcionamiento desde el Dos. Entendemos por construcción vincular al producto de los intercambios de dos sujetos que tiene como sustrato fundamental la aceptación de la diferencia.

Señalo como eje de la labor terapéutica “la instalación de la función Psicoanalítica vincular, entendiéndose por tal una metodología de pensamiento, capaz de permitir una reflexión, significación, semantización y rehistorización de los conflictos.” La posibilidad de aceptar el conflicto como inherente a las relaciones humanas, a la ajeneidad, posibilidad de una construcción única o en una ruptura vincular, en un devenir donde se dé cabida al paso del tiempo, a los cambios personales, sociales, evolutivos.

 

 

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