Crisis de Pareja (III) Cuando los hijos se van
Cuando los hijos crecen y se van la pareja queda sola. Esto puede ser un motivo desencadenante en las crisis de las parejas. Durante muchos años su vida ha girado alrededor de los hijos, de la educación de estos, de las demandas afectivas que la crianza conlleva. Y nuevamente, como al principio, la pareja está sola, frente a frente.
Sin embargo es una situación completamente nueva. Ya no son tan jóvenes, el proyecto de tener hijos, que en su momento es tan importante para una pareja, ya no se ha cumplido. Tal vez los proyectos económicos que en un momento los uniéronse han logrado. Y la pareja se enfrenta a la pregunta: ¿Qué nos une ahora? ¿Qué queremos hacer juntos? ¿Qué podemos hacer juntos?
A veces el vacío que dejan los hijos lleva a la pareja a la separación. Otras veces, la pareja ha hecho un acuerdo tácito o explícito de posponer sus diferencias “hasta que los hijos crezcan”.
Uno de los obstáculos más grandes en la construcción de algo nuevo en la pareja es la convicción de que ya se sabe todo el otro, lo cual impide ver nuevas posibilidades. Tal vez sea el momento de valorar la compañía, los intereses comunes, la ternura, la solidaridad, el reencuentro sexual, la intimidad afectiva. Puede ser el momento de intentar proyectos nuevos, viajar, pasar buenos momentos o apoyarse en momentos de dificultad. En fin, puede ser el momento de abrir la posibilidad de construir nuevamente algo entre los dos.
Algunas recomendaciones:
Sea apreciativo de lo que su pareja hacer por usted.
Si desea cambios, sea proactivo para lograrlos.
Muestre interés por las actividades de su pareja.
Trate de compartir con su pareja algunas actividades recreativas o deportivas.
Busquen nuevas amistades que les permitan ampliar sus intereses.
Imaginen nuevos proyectos que podrían realizar en este momento de la vida.
Por último, trate de hacer cambios que generen situaciones nuevas en la relación.